Más te vale que no hagas planes próximamente, porque la segunda semifinal del Benidorm Fest 2023 ya está aquí para tenerte pegadx al televisor o al streaming donde hayas planeado verlo en directo. Este 2 de febrero el escenario
Estos son los candidatos que compiten en esta segunda semifinal.
Todo el aire de redención y épica que debería tener este tipo de eventos lo trae la propuesta de Blanca Paloma, que ya compitió el año pasado con ‘Secreto de agua’.
Regrsa a esta edición con ‘Eaea’; sonidos new age, una base de flamenco que ha demostrado tener muchxs fieles entre el público y los jurados. La ilicitana sigue fiel a su estilo, con un tema algo más denso que su cante jondo del pasado año. También es mejor, y eso le honra.
No le falta ego y energía al polémico ex OT, que acude al BFEST absolutamente convencido de su triunfo y dispuesto a superar el techo que tocó en Eurovisión 2018 cuando cantó con Amaia.
“Verdaderamente creo que tengo la canción que puede representar a España en Eurovisión […] Es el mejor tema que he hecho nunca”. Quizá mañana no esté tan convencido. A decir de algunos de sus críticos, su balada de este año podría provocar algo de narcolepsia en un público cansado del amor romántico.
‘Ufff’ es otra de esas canciones que parecen creada por un algoritmo informático en un día de resaca. Meter en la batidora un spanglish macarrónico y un ritmo repetitivo tiene más pinta de accidente de coche a cámara lenta que de propuesta con posibilidades reales de triunfar, sobre todo si te pareces sospechosamente a la ganadora del año pasado.
Abróchense los cinturones y respiren dentro de su bolsa de papel para pasar el mal trago. “Tan hard como un tsunami / Aparta que estoy coming”.
La influencia de grandes galanes latinos como Ricky Martin o Chayanne le pesa demasiado a ‘La Lola’. El sevillano pasó por OT con con un estilo mucho más enfocado al soul, R&B y gospel.
Opta aquí por una canción de música latina que no innova en absolutamente nada y ofrece una letra con los clásicos tropos de la seducción, a saber: un hombre arrebatado mira a una mujer en lo más profundo de la noche y alaba sus atributos físicos con la poesía de la calle o de un Tinder mal gestionado. “Tiene un caminar que seduce a cualquiera que la vea pasar”
‘Inviernos en marte’ es una de las pocas baladas que ha pasado el corte para las semifinales. A eso hay que sumarle el propio talento vocal del cantante, una de las mejores voces con las que cuenta el BFest 2023.
En esta ocasión, el sevillano juega sobre seguro con un tema que tira de épica, nostalgia y amor no correspondido (o platónico, o vaya usted a saber); lo que en el lenguaje de los seres humanos mundanos se traduce en: Me han da do calabazas y solo quiero ver Netflix abrazado a mi gato.
Este tema de pop happyflower y épico es correcto. ‘Que esclati tot’ pasa de la tristeza a la euforia del estribillo a medida que avanzamos y deja con un buen sabor de boca.
Si dejamos a un lado el efecto sorpresa del catalán, que por fin vuelve a las propuestas del Festival, seguramente estos tres barceloneses hagan un digno papel y se vuelvan a casa de vacío.
La manchega llega a esta segunda semifinal con un tema honesto que fusiona, sin estridencias, flamenco, pop y neofolk. Salvando las distancias, recuerda musicalmente a Rozalen o las propias Tanxugeiras. Se agradece, por lo honesto que resulta en comparación con otras canciones más chillonas y mononeuronales. Si no gana, dará lo mismo: hay talento suficiente para que su carrera musical encuentre camino en la selva.
La granadina acude al festival con una canción que experimenta libremente. Lástima que la historia dé la razón a los que apuestan por el sota, caballo y rey. Su hyperpop y toques de tecno con un punto de crescendo son motivos más que suficientes para no ganar el BFest, un evento que casi siempre tira hacia lo conservador en sus elecciones. Luna Ki lo pagó caro en la edición pasada, y salvo que haya sorpresas, Ripper luchará su canción con las cartas marcadas.
La versión fiestera del clásico "hoy se sale": del “tu boquita de fresa” a la cola en la discoteca, y de ahí al revival ochentero bajo la bola de espejos, una mirada, un poco de baile, un hacer el delicioso en el ropero.
Esta propuesta de pop comercial en bruto no se esconde. No pretende revolucionar la historia de la música, solo reventarlo en Spotify con un número de escuchas desproporcionado. El BFest no le distraerá de su verdadera vocación: sonar por todas las discotecas de España.