No hay como lanzarse a una vorágine de alcohol, chupitos de jaggërmaister y cerveza en caída libre para entender que los errores se pagan. Se despierta uno a la mañana siguiente tratando de recordar todas las estupideces que dijo en el after o en el sótano del purgatorio en el que cerró la noche. Hay preguntas importantes en el aire. ¿Sigo siendo un ser humano con capacidad motora? ¿Me declaré al gorila de la discoteca? ¿Me queda pasta suficiente para hacerme dos o tres kilos de macarrones? En caso negativo, ¿puedo comerme a mi compañero de piso?
Justamente esa es una de las cuestiones importantes cuando nos despertamos con una resaca colosal taladrándonos el cerebro, tras una noche de haberlo pasado bien (o haber mandado mensajes inapropiados a tu crush en los que le proponías colaros en el zoo para tirarles cacahuetes a los monos). ¿Hay mejores alimentos que otros cuando se trata de pasar esta travesía por el desierto del alcohol? ¿Qué se debe comer antes y después de una curda salvaje?
Comida para antes y después de una noche de juerga
Agua. La resaca nos proporciona cierta desidia elegante, a la mañana siguiente nos da todo un poco igual, podríamos incluso ponernos una bolsa de hielo en la cabeza y nuestro aspecto estaría justificado, pero haz el favor de no chupar del grifo de la cocina. Cuanto más fría, más placer da.
Plátanos. Durante la noche, queridx amigx, has perdido la dignidad (y el potasio, los electrolitos y otras hormonas que ayudan a tu cuerpo a retener el agua). Básicamente, te has deshidratado. Con un par de plátanos podrías empezar a arreglarte las fugas. Cuidado, no son para golpear la cara de tus compañeros de piso mientras les sugieres volver a salir, “una caña y nos recogemos”.
Galletas saladas. Los carbohidratos pueden ayudarte al rebalanceo y a coger algo de energía para pasar el resto del día, con el aumento del azúcar en sangre, que se te ha descontrolado.
Avena: un punch de nutrientes que restituyen los que has perdido gracias al octavo o noveno chupito de ayer noche. Te ayuda a liberar el azúcar de forma lenta y tiene un alto contenido en minerales como el magnesio, hierro, calcio, ácido fólico, niacina y fibra, rica en betaglucanos. Estos últimos actúan como antiinflamatorios en tu sistema inmune y consiguen que el malestar y la fatiga disminuyan.
Aguacate. Además de estar riquísimo, es un alimento beneficioso para el hígado, ese órgano al que le haces ghosting y maltratas cuando te da señales para que dejes de gastarte el sueldo en cervezas artesanas. El ‘oro verde’ te hará recuperar algo de potasio.
Espinacas. Con 180 gramos será suficiente para recuperar un alto porcentaje de la cantidad diaria de folato que necesitas (otra cosa que has perdido, como tu cartera). Una ensalada con nueces, otro alimento excelente para la curda, va de maravilla.
Pepinillos. Tienen unas calorías ridículas, si eso es lo que te preocupa, y son ricos en sodio. En fin, si tú no vas a los electrolitos que has perdido, serán ellos los que tendrán que ir a ti.
Miel. Hay estudios que apuntan a que la miel ayuda a eliminar el alcohol del organismo más rápido que otros alimentos. En fin, trata de no protagonizar una escena erótica dantesca propia de un capítulo de Élite mientras te la derramas en la boca.
Arándanos. Además de por la estética (solo te falta decir ‘poké’ o ‘breadcrumbing’), tómalos por su capacidad antiinflamatoria.
Salmón. Otro buen antiinflamatorio, gracias a sus ácidos grasos Omega 3.
Zumo de tomate. El daño hepático ya está hecho; el mensaje inapropiado que le enviaste a tu crush a las cinco de la mañana, también. Ahora solo te queda acelerar la quema de encimas. Zumo de tomate, no Bloody Mary. Capaz eres de echarle un chorrito secreto de felicidad.
Sandía. Además de un alto contenido en agua (tu organismo es, ahora mismo, un dátil chupado donde no puede crecer la compasión y el amor), te puede servir para mejorar el flujo de sangre a tu cerebro gracias a la L-citrulina.
Huevos. Tómalos como quieras, revueltos, en tortilla, a pelo en un vaso, pero tómalos. Es un alimento suave que no altera la flora de tu organismo de forma brusca. Son ricos en cisteína y ayudarán a que tu cuerpo produzca antioxidantes como el glutatión, que ha disminuido durante la noche, mientras te subías a un toro mecánico y gritabas en voz alta que esta era la mejor despedida de solterx en la que habías estado (sin contar las otras cinco de la temporada anterior).