"El dinero no hace la felicidad" y el caso de Alex Robertson es un claro ejemplo de ello. En 2013 toda Inglaterra hablaba del conductor de Corby que ganó en la lotería 38 millones de libras esterlinas junto con diez compañeros de trabajo y por ello se llevó 3,8 millones a su bolsillo. Pero lejos de mejorarle la calidad de vida, volverse millonario la arruinó.
Tra s ganar el Euromillones hace casi una década, el hombre contra todo pronóstico de su familia se quiso guardar la riqueza para sí sin compartirle el dinero a sus hijos. A partir de allí una guerra familiar estalló y los hijos del conductor William y Alex Junior que en aquel momento tenían 35 y 36 años rompieron para siempre la relación con su padre y decidieron vengarse de su falta de generosidad.
Los hermanos solo obtuvieron 200 cigarrillos de su padre aquello despertó su ira. Comenzaron a enviarle amenazas, insultarlo e incluso lo denunciaron, al mismo tiempo que su padre los denunció a ellos por las agresiones. La venganza llegó al punto de que hicieron actos de bandalismo al romperle sus coches con martillazos hasta destruirlos: "Terminamos golpeando con martillos sus dos nuevos coches", explicó William a los medios locales y recordó que en aquel entonces su padre que tenía 58 años tenía un Mitsubishi Shogun 4x4.
"Caminamos por su camino de entrada a las 11 de la noche y clavamos dos martillos perforadores en las ventanas del automóvil", explicó el joven y describió que tras destruir los coches de lujo de su padre, fue el mismo quien hizo la denuncia a la policía y fue allí cuando lo detuvieron.
"Este premio de lotería fue lo peor que nos ha pasado, destrozó a nuestra familia", exclamó William en los medios y quien finalmente nuca fue detenido por la policía porque su padre nunca fue a declarar. Al poco tiempo fue liberado y las autoridades cerraron la causa por la falta de acusación del padre. Pese a que en el aspecto legal en asunto quedó en el pasado, la enemistad y el dolor dela familia se mantiene hasta el día de hoy. Pese a que han separado sus vidas y han cortado su vínculo, cada tanto el padre quien se mudó a España llama a sus hijos.