Después de dos meses de encierro ha llegado la hora de volver a conquistar las calles poco a poco. Es cierto que la crisis del coronavirus nos ha hecho entender lo importante que es protegerse a uno mismo para proteger a los demás. Que la nueva realidad viene marcada por fases y que no hay que adelantarse a ellas. Hay que ir por partes.

Se ha cumplido con la etapa del confinamiento forzoso en la que más allá de haber cuidado los unos de los otros, hemos aprendido de nosotros mismos muchas cosas y también de los demás. No se nos van a olvidar tan pronto los conciertos en patios improvisados a los que hemos asistido, la cita de las ocho para el aplauso sanitario y a esos vecinos que teníamos al lado, pero que hemos redescubierto con la pandemia.

Todo eso se queda para nosotros, pero lo que toca ahora es ponerse las mascarillas (eso ya no es opcional) y empezar a salir al exterior que diría La Sirenita para formar parte de él. Y ha sido en esas primeras salidas en las que seguramente nos hayamos quedado embobados mirando escaparates, a las palomas (sí, hasta ese extremo hemos llegado) o las publicidades de marzo que tienen todavía los autobuses. El tiempo se ha parado y ahora estamos siendo conscientes de ello, aunque no dejan de ser curiosas nuestras reacciones a todo esto.

Es por ello que el cómico y youtuber Antón Lofer ha hecho un vídeo que supera ya las 200.000 reproducciones y que refleja muy bien una serie de perfiles en la desescalada. Habrá muchos que nos sean familiares, con los que coincidiremos en estas primeras semanas y otros a los que no podemos negar que estamos cogiendo hasta manía. Él los clasifica hasta en ocho tipos, aunque el abanico seguirá abriéndose según las fases. Está desde el deportista que con la primera luz del alba ya está corriendo en las calles hasta los que prefieren quedarse en casa porque no encuentran ningún motivo por el que salir ahora.

Esto se tiene que entender como una carrera hacia la libertad con unas normas a respetar por las que cada semana se conquista un paso más en el sistema de fases que algunos interpretan como un concurso o reality. Así se está viviendo fuera y estás son las famosas ocho personalidades:

1. El que pone un pie en la calle y se emociona muchísimo

Tras dos meses de encierro, esta persona sale al exterior y para él parece como si fuera todo nuevo. Se queda parado mirando la luz, los pájaros, las hierbas que han crecido salvajemente entre las aceras, los coches y hasta las cacas de los perros... No lo puede evitar, se emociona con todo y hasta llora en silencio, cómplice de que no se le ve con la mascarilla. Es un intenso de la 'nueva realidad'.

2. El que protestaba en la cuarentena por no poder salir y ahora se queda en casa

Seguro que todos conocemos a alguien que se ha quejado en todas las videollamadas de lo mal que estaba en el encierro, de lo que necesitaba salir, que "así no aguantaba ni un día más" pero que ahora resulta que no tiene ninguna prisa por salir de casa. Moraleja: no volver a darle cuerda o ante otra posible emergencia sanitaria bloquear su teléfono.

3. El que ha conectado consigo mismo en la cuarentena

Resulta que para muchos ha sido un placer estar encerrados en casa. Han aprovechado para leer, cocinar, ver todo el catálogo de series, películas o, simplemente, para pensar. En un mundo de prisas se han encontrado consigo mismos y salen de la cuarentena reforzados y con nuevos proyectos o planteándose otra vida.

4. El runner incansable

Son los primeros que alcanzan la calle. Parece como si durmieran con las deportivas puestas y no pueden perder ni un minuto porque bastante han estado sin moverse en la cuarentena. La calle les llama, les grita. Da igual que sean las siete de la mañana y que luego también repitan por la tarde en el horario permitido. Su meta es correr y nada les puede parar. De hecho, cuando llegan a casa suelen sacar tiempo también para series de planchas y ejercicios.

5. El que usa el deporte como excusa

Lo has visto seguro y además cada vez tiene más presencia en las calles. Este tipo de personas son los que se pusieron las mallas al principio para parecer corredores y aprovechar las salidas, pero en el fondo se morían de ganas por sentarse en un banco. Ahora siguen en su línea deportiva, pero si pueden pillan sitio en una terracita o se toman un piscolabis de descanso. Lo suyo es hacer cualquier cosa antes que el deporte para el que han salido preparados.

6. Los que siguen del sofá a la cama, aunque ya puedan salir fuera

Se han pasado los días de marzo y abril en posición horizontal y ahora la vuelta a la actividad les está costando. Con ellos hay que tener paciencia y dejarles a su ritmo, lo de no poder salir les ha llevado a tener un ritmo ralentizado para todo.

7. El que tiene terror al exterior

Has soñado con pasear con él, volver a tomarte una caña en una terraza, pero resulta que esa persona no quiere poner un pie fuera. El coronavirus sigue ahí y mientras el virus esté, a él no le vas a ver el pelo. No dudará en retrasar todas las citas, ponerte mil excusas para no coincidir en la calle y seguir haciendo la compra online. Su distancia social va a ser de meses. Paciencia.

8. Los que viven la desescalada como si fuera una película

No es una exageración. Hay personas que ven y están viviendo la pandemia como si fuera una película o un thriller infinito. En ella hay un malo, el virus al que se derrota con mucha higiene y jabón, los héroes de los sanitarios, transportistas, mensajeros y también de todas las personas que han cuidado con su encierro a los otros. En su film hay complots políticos y mucha mucha adrenalina en cada salida. Se han tomado su papel tan en serio que ya no distinguen si la realidad se ha convertido en ficción y si su papel les ha acabado devorando.

Después de esto, ¿reconoces a algunos de estos personajes? ¿Añadiríais otro a la lista de Antón Lofer? En Yasss nos atrevemos a sumar un nuevo perfil: el que ha alcanzado la libertad de salir a la calle y su objetivo es hacer cola en una heladería. ¿Cuál de los tipos de personas en la desescalada eres tú?