La crisis del coronavirus nos ha obligado a quedarnos en casa. Eso es algo que a estas alturas ya sabemos. Adiós al salir a la calle sin razón justificada y necesaria y adiós a la vida social, entendida por los encuentros y el contacto físico. Es tiempo para las videollamadas y para adaptarse a todo lo que se puede hacer, eso sí, dentro de las cuatro paredes de nuestras casas.

Lo que hemos visto cuanto más avanzan los días de confinamiento es que vamos adoptando unos roles concretos. El primer fin de semana unos se dedicaron a hacer las limpiezas de casas más concienzudas y, otros (no lo vamos a negar) que nos apuntábamos a todo. Nos faltaba hasta tiempo para asistir a tantos conciertos en Instagram, visitas a museos virtuales, a preparar nuevas recetas o a hacer un curso avanzado de ukelele.

Éramos los primeros en sacar la colchoneta y en ponernos a hacer series de planchas como locos y en competir en los grupos de WhatsApp por no repetir memes o ser casi una central operativa de videollamadas para amigos y familia. Una serie de perfiles que un hilo de Twitter (@BigCarlius) ha reflejado muy bien con algo que nos gusta demasiado:¡adorables gatitos!

El tuit que se ha convertido un éxito en tiempos de cuarentena acumula más de siete mil retuits y los catorce mil 'me gustas'. No solo porque estamos descubriendo qué tipo de persona somos en la cuarentena, sino porque este reflejo lo hace con gatetes y eso nos hace mucha gracia.

Está la persona que ha entendido la cuarentena como un buen momento para ponerse al día con los juegos. Se descarga todos y no da a basto entre ordenador, consola y móvil. Siempre hay uno más por probar y mientras los megas acompañen se puede bajar todavía algo más. Muchas firmas de videojuegos están, además, haciendo ofertas dejando sus juegos gratis o, al menos, a un precio reducido, por lo que opciones no faltan.

Los hay que se creyeron que este tiempo no tendrían clases y gritaron a los cuatro vientos que estaban de vacaciones. Sin embargo, eso cambió bien pronto cuando los profesores desde las plataformas online comenzaron a sacar temario indiscriminadamente. La cuarentena no les iba a librar de los repasos ni de exámenes o pruebas online. Y, sí, ahora toca hincar codos solo y eso da muchas ganas de llorar.

Haciendo mucho caso a las normas del teletrabajo, están los que se quitan el pijama nada más saltar de la cama. Que no se note que estamos en casa y pongamos nuestra mente en que vamos a salir. Sin embargo, esto genera un poco de confusión en algunas cabezas que dedican mucho de su tiempo a cambiarse mil ochocientas veces a lo largo del día. Un jersey para la videollamada, el traje de deporte para la sesión de planchas y el disfraz de turno para grabarte un nuevo challenge en Instagram. La montonera de ropa que vas acumulando es otra tarea gorda para este aislamiento.

Tener mucho tiempo para dar paseos por el baño y mirarse al espejo es un problema para los que liberan su estrés a bases de cambios en el pelo. Los habrá que ya se hayan hecho todo tipo de peinados y los que han metido a las tijeras en esto. Ante eso, solo decir que 'suerte' que con el aislamiento igual hay tiempo para que crezca el pelo.

Al principio de todo teníamos muchas cosas por hacer. Había hasta expectativas. Decíamos eso de que teníamos estantes llenos de libros listos para empezar a devorar y varios cursos online que ahora eran su momento. La realidad ha demostrado que lo más productivo que algunos hemos hecho ha sido enfundarnos una manta y con ella instalarnos en el sofá o la cama en postura horizontal. Todos los catálogos de vídeo se han quedado cortos para nuestros deseos.

Eres de los que el no salir a la calle lo está llevando realmente mal, más bien por el camino de la amargura, pero en estos tiempos de cuarentena has visto el lado positivo si en tu casa tienes ventanas que dan al exterior. Ese se ha convertido en tu centro de operaciones. Estás enganchando a ver la vida fuera, a preguntar al vecino cuántos paseos lleva, a gritar a los que no cumplen con las normas y a ver lo que hacen los demás dentro de sus casas. El reality los estás viviendo de ventana hacia fuera.

¡Mala pata! Tenías preparado este año una celebración por todo lo alto y ha pillado tu cumpleaños en plena cuarentena. La fiesta preparada la has tenido que sustituir por felicitaciones con videollamada y soplando solo las velas. Lo único bueno es que ese día con las llamadas y mensajes tendrás tú el protagonismo y no los memes del aislamiento.

No estás de vacaciones. Ya te has dado cuenta cuando todos los profesores se han puesto las pilas y se han encargado de recordártelo. Con exámenes, 68 trabajos y montones de ejercicios para que no falte repaso. Estás más estresado que nunca. Mucho más que cuando ibas a clase y, el resultado de todo esto, es que estás bloquedado y al final no estás haciendo ni el huevo.

Con todas las provisiones del mundo y mucho tiempo en casa, eres de los que ha convertido los paseos a la cocina en una especie de terapia. Si estás nervioso, comes. Si no lo estás, también (no sea que se ponga algo malo). Que necesitas un chocolate para la depresión, no te quedas con ese antojo. Vas a la despensa y comes y lo mismo con los snacks de todo tipo mientras ves tus series. Asumes que con esta cuarentena vas a salir doble, pero no te importa. No te quejas y solo comes.

Con la crisis del coronavirus hemos aprendido mucho sobre el ser humano. Y una de esas grandes enseñanzas es que en lo más alto de nuestras necesidades está el papel higiénico. Antes de que se declarase el aislamiento forzado se cogió en cantidades industriales y los hay ahora que son muy felices en sus casas solo por tener un buen almacén de rollos.

Si en todos estos ejemplos aún no te ves reflejado en ellos, te diremos que hay todavía más personalidades que estamos descubriendo en la cuarentena. El resto las podéis ver en el vídeo que encabeza este artículo para saber si la vuestra está entre ellas. ¡No te quedes sin ver esta maravilla de hilo al completo!