¿Quién nos iba a decir que las mascarillas se podrían llegar a convertir en un complemento de moda más, como un bolso o unas gafas de sol? Pues nos lo dijo Billie Eilish, por ejemplo, que pocas semanas antes de que llegase a Europa la COVID-19 ya apareció vistiendo un total look de Gucci, mascarilla incluida, en la última gala de los Premios Grammy el pasado mes de enero.
En España no estábamos acostumbrados a las mascarillas, pero la crisis sanitaria del coronavirus nos ha hecho cambiar de opinión respecto a este complemento. Sin embargo, en otros países como China o Japón, el uso de mascarillas en público está mucho más aceptado socialmente. Allí nos llevaban años de ventaja en el uso y diseño de este método de protección.
Mientras nosotros todavía nos hacemos unos líos tremendos con los diferentes tipos de mascarillas que están a la venta y la fabricación de mascarillas caseras, en países como Japón ya tienen toda una industria formada en torno a las mascarillas de moda. Protegen y además adornan tu cara, o se convierten en un medio de expresión de tu personalidad más, como las camisetas frikis o con mensajes feministas.
Atsumi Fashion, una pequeña empresa de ropa interior, ha revolucionado el mundo de la mascarilla facial al inspirarse para sus diseños en la lencería íntima. Más concretamente, en el encaje con el que se suele adornar la copa de los sujetadores.
Su idea ha arrasado en Japón. El producto solo duró unas pocas horas disponible en su página web. ¡Las existencias se agotaron! Y eso que la sociedad japonesa es mucho más pudorosa que la nuestra. Nosotros estamos más acostumbrados a ver camisetas o vestidos con transparencias que dejen ver la ropa interior, pero en Japón este tipo de ropa no suele enseñarse. Por eso, que se hayan agotado estas mascarillas que recuerdan a la copa de un sujetador ha sido toda una sorpresa.
La encargada de viralizar el producto fue la influencer Aya Kondo. Cuando subió una fotografía a su cuenta de Instagram luciendo una de estas mascarillas la gente se volvió loca y agotó el producto. Aunque ya no podemos comprarlas (¿fabricarán más?), el precio de estas mascarillas tan peculiares era de unos 12 euros la unidad. ¿Te pondrías una?