Hay días determinados en los que coger el tren o el metro en la Comunidad de Madrid podría considerarse como un deporte olímpico. Mucho más cuando las obras de la Renfe han provocado el colapso de muchas de las estaciones, donde hay tanta gente hacinada que ni en la hora punta de Revolucionary Road. Por eso, muchos usuarios llegan tarde a sus hogares, trabajos o transbordos con otros trenes y, con las prisas, luego pasa lo que pasa.
Si no, que se lo digan al dueño de esta bolsa de plástico que, por lo que sabemos, sigue dando vueltas por alguna de las líneas C. Tal y como ha explicado @javieer_serrano en su Instagram, un chico que corría desesperadamente para entrar en el vagón del tren en Chamartín, ha tenido la genial idea de intentar parar el cierre de las puertas lanzando la bolsa de su almuerzo al más puro estilo Jordan.
En un mundo ideal, la jugada le hubiera salido bien. El plástico indestructible hubiera detenido el cierre automático de las puertas de acero (LOL) y él podría haber entrado dignamente en el vagón, recogiendo su bocata intacto del suelo y sonriendo porque, gracias a su astucia, no iba a llegar tarde al curro. Pero no.
La realidad, tal y como ha contado el autor de vídeo para Yasss, es que las puertas se han cerrado igualmente, la bolsa se ha quedado estratégicamente pillada entra las dos, el tren ha arrancado sin piedad y el usuario se ha enfadado tanto que ha dado un golpe contra el cristal. Porque, claro, no sólo ha perdido el convoy, también se ha quedado sin bocata.
"Nunca uses tu bolsa del almuerzo para intentar entrar en un tren cuya puerta se está cerrando, porque puede pasar que el bocadillo entre, y tú no", ha sido la moraleja que ha extraído @javieer_serrano de esta experiencia, de la que nunca sabremos el final: "Yo me he bajado en Fuencarral y, como esas puertas todavía no se habían abierto, la bolsa seguía ahí". Por lo menos, la anécdota ha servido para sacar una sonrisa a los fans del vídeo, si bien su autor - y el sentido común - recuerda que lanzar objetos contra las puertas del tren o del metro es algo "muy peligroso".