El impacto de los plásticos en el medio es indudable, y cada vez más personas toman conciencia y tratan de hacer cambios en su vida para reducir su consumo de los mismos. No siempre es fácil enumerar todas las cosas que integramos en nuestro día a día y que incluyen plástico: las bolsas de la compra son la primera idea que se nos viene a la cabeza, pero otros como cuadernos, ropa o complementos exigen una revisión a fondo. Entre los artículos que nunca recordamos usar, abusan del plástico y no podemos renunciar están las bolsas de basura.
Pero, ¿existe una alternativa ecológica o biodegradable a las bolsas de basura? Y, de haberlas, ¿son resistentes o están hechas con un plástico blando, que se rompe antes de llegar al contenedor? Y, además, ¿pueden reciclarse o están hechas con un material que limpia la imagen de la empresa (es lo que se conoce como greenwashing, una estrategia para que el consumidor vea a una marca como sostenible, aunque solo lo sea en apariencia), pero no genera un impacto positivo en el medio? A todas esas preguntas tratamos de dar respuesta en Yasss.
Las bolsas de basura se acumulan por cientos en casi cualquier casa. Distintos tamaños, diferentes colores… cada vez estamos más concienciados con la cuestión del reciclaje y, por tanto, separamos más los residuos dentro de casa. Ahora bien, si eso significa gastar más plástico, ¿realmente estamos ayudando al medio?
Eso es lo que se pregunta la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que desde hace ya varios años denuncia que los plásticos etiquetados como ‘biodegradables’ (es decir, aquellos fabricados con materias orgánicas) siguen siendo un peligro para los mares, donde suelen acabar. Por mucho que la alternativa sea más sostenible, si no existe un procedimiento específico para acabar con estos desechos, el impacto en el entorno cuando estos plásticos llegan al medio sigue siendo mayúsculo. No solo eso: los productos que sirven de base para los bioplásticos se cultivan en grandes áreas, con el consiguiente consumo de recursos.
Sabiendo esto, también conviene decir que sí, en casi todos los supermercados podemos encontrar bolsas de basura con distintos niveles de biodegradabilidad, según los materiales de los que esté hecha. Si te interesa hacerte con ellas, sigue leyendo: te contamos los pros y contras de cada una.
La patata y el maíz son las dos estrellas de este tipo de bolsas, que se mezclan bien con fibras sintéticas degradables o bien con otras de petróleo. Evidentemente, las primeras son más ecológicas y pueden degradarse en el medio en unos 18 meses sin afectar al mar, que es donde suelen acabar.
En el segundo caso, su valor ecológico es mucho más relativo. Las fibras del petróleo no tardan tanto en descomponerse en conjunto, pero sigue deshaciéndose en microplásticos, que llegan a la cadena trófica de los animales. Un tema ya de por sí dramático que se agrava cuando llega a los mercados, con los consiguientes problemas de acumulación de metales pesados en distintas especies de pescados. Además, las asociaciones de consumidores denuncian que no siempre es fácil distinguir entre unas y otras. Las marcas solo señalan la base de la que están hechas las bolsas (patata, maíz), pero no el tipo de fibras que integran las bolsas.
No hay que confundirlas con las bolsas degradables, que se componen de plásticos a los que se añade alguna sustancia que acelera su degradación. Aún así, estos microplásticos permanecen; por eso, estas también son un problema para el entorno.
Estas bolsas están hechas de materiales biodegradables, sin peros, cuyo proceso de desintegración se acelera todavía más si lo mandamos a una planta de compostaje. Allí, se convierte en compost y sirve para abonar huertos con los que luego se crean más bolsas. Un negocio redondo, ¿verdad?
Como todo, tiene sus peros. El gran problema es que no sabemos cómo reciclarlas correctamente, y que las confundimos con otras no compostables, por lo que al final no cerramos el proceso. Si tienes dudas, recuerda que van al contenedor marrón.
Están de moda, se pueden lavar y sirven para salir a tomar algo o para comprar el pan. ¿Alguien da más? Las bolsas de tela (perdón, tote bags) son degradables, siempre y cuando estén hechas íntegramente de algodón, y duran muchísimo. Ahora bien, son una de las mejores opciones para llevar y cargar compra, pero encontrar alguna del tamaño de las papeleras no es tan sencillo. Puedes usarlas para el cartón y el papel, por ejemplo, y volcarlas después en su contenedor correspondiente.
Estas son bolsas de polietileno más gruesas, que permiten su lavado hasta 20 veces. El problema es que después de su uso siguen siendo muy duras, por lo que su degradación es más lenta. Es decir, reduces el número de plásticos, pero estos se siguen acumulando.