Si tienes un gatete en tu vida, sabrás que a veces se hacen un poco los locos cuando los llamamos y siempre nos hacemos la misma pregunta: ¿reconocen que los estamos llamando o simplemente nos ignoran? Pues un estudio de una universidad en Japón dice que efectivamente saben que tienen nombre (reconocen cuando los llama su dueño incluso un desconocido) pero por su naturaleza, van un poco por libre y a veces nos ignoran, pero las cosas como son: los queremos incluso más que a muchas personas.
La Universidad de Sophia, en Tokio, publicó en abril de este año en 'Scientific Reports' un estudio que muestra que los gatos pueden identificar su nombre dentro de una lista de nombres. Para eso, hicieron un experimento con gatos domésticos y gatos de una cafetería de Tokio. Los investigadores probaron la capacidad que tenían los gatos para diferenciar sus nombres junto con otras palabras con voces de diferentes personas (incluidos los dueños).
Les pusieron un audio con todas las palabras mezcladas con los nombres de todos los gatos. La gran parte mostraron especial atención solo con oír las voces. ¿Sabes cómo lo hicieron? Empezaron a mover sus colas, dirigían las orejas al foco del sonido o incluso algunos maullaban cada vez que escuchaban su nombre.
Lo sorprendente de todo esto es que identificaban su nombre incluso cuando lo decía un desconocido, lo que confirma la teoría: tu gatito te entiende perfectamente cuando lo llamas por su nombre. Además, se dieron cuenta también, que los gatos de la cafetería no solo reaccionaban cuando oían su nombre, sino también cuando escuchaban el de los demás gatos con los que conviven.
Atsuko Saito, psicóloga conductual de la Universidad de Sophia, decía que los gatos pueden distinguir sus nombres de otras palabras ya que posiblemente sea la palabra que más escuchan lo largo de su vida. Si además va acompañado de recompensas como comida o muestras de cariño, el gato lo asocia como una conducta positiva. Tu gatete pensará: quizá esa palabra que tanto repite el humano sea yo.
La pregunta del millón. Vale, Atsuko tiene una hipótesis sobre por qué los gatos no siempre responden cuando les llamamos: te está ignorando. Suena duro, pero ese carácter orgulloso e independiente forma parte de la naturaleza de los felinos (aunque no siempre es la regla general).
Según la psicóloga, los gatos no han evolucionado tanto como los perros y no están acostumbrados a responder a la llamada del humano. Tu gatete se comunicará contigo cuando quiera o cuando lo necesite, pero eso no significa que no te quiera, todo lo contrario, sino que ellos responden por instinto. Es más, hay estudios que dicen también que la relación entre un humano y un gato es mucho más profunda de lo que creemos y tanto es así, que el cariño y la compañía que nos da un gatete tiene innumerables beneficios para nuestra salud.