Internet y las redes sociales nos han acostumbrado a tantas excentricidades que ya no hay nada que nos sorprenda en esta búsqueda delirante del like y del engagement. Si TikTok nos trajo retos absurdos y gente descoyuntando su cuerpo en distintos bailes para vencer al algoritmo, Instagram es el paraíso de las mascotas que calientan el corazón del populacho, sea de frente o enseñando el trasero peludo. Gatos que molan (todos recordamos a Grumpy The Cat), cotorras jefas y perros que lo petan con sus memes, los 'dogfluencers'. ¿Qué será lo próximo? ¿Una tostada de aguacate con millones de seguidores?
La mala noticia es esta: ese caniche en cuya cuenta de Instagram caíste por casualidad genera más ingresos en un día que tú en un año de deslomarte en el curro.
Si tu perrete es más fotogénico que tú, que apañas tu vida en un piso de 15 metros cuadrados, tú, que se te mueren las plantas cada semana, ya tienes una excusa para hacerle una cuenta de Instagram y empezar a crearle traumas a la altura de su mito, como Macaulay Culkin cuando consiguió escapar de la saga ‘Solo en casa’. ¡Aún estás a tiempo! ¡Todavía puedes vestir a tu yorkshire de bebé y monetizar ese contenido!
Se calcula que un 'dogfluencer' con caché (tomemos como ejemplo a los de Estados Unidos) puede facturar por una fotografía patrocinada por una marca unos 20.000 dólares, exactamente igual que cualquier otro cerebro privilegiado de Instagram que haya sabido hacerse con el favor del público.
Los 'dogfluencers' con estatus de estrellas planetarias funcionan, en realidad, por el mismo sistema que los influencers ‘de toda la vida’. Patrocinios, fotografías retocadas, mensajes de empatía con su público (“¿Vosotros cómo os sentís cuando orináis en un árbol que os gusta?”). En Instagram, los perfiles dedicados al culto a las mascotas se han multiplicado por diez en los últimos años. En el reino de los seres vivos, un gato, un pomeranian o un canario que te insulta pueden gozar de la misma popularidad que un humano, o incluso más, porque una mascota que dé bien en cámara siempre es capaz de emocionar al corazón más negro y abyecto.
Es tal la capacidad de influencia de estos perros profetas del like que ya existe una agencia neoyorkina que se encarga de gestionar sus perfiles y ejercer de intermediario entre los animales (bueno, sus dueños) y las campañas publicitarias que buscan contratarlos sea como sea. Se trata de The Dog Agency. La agencia gestiona los perfiles de estos perros, hace de enlace con las marcas, trata los asuntos económicos y los ingresos derivados de las campañas. Una estrategia 360º para hacer a estos perretes tan famosos como Elvis ante su audiencia.
Lo curioso es que esta agencia no escoge a cualquiera, y como pasa últimamente con ciertas agencias de casting con los actores, examina hasta el último rincón de la cuenta del perro candidato. Bajo su égida no entra ningún perro influencer que tenga menos de 50.000 seguidores ni una cuenta en la que el contenido no fluya con cierta regularidad.
@DougThePug
Este perro pug cuenta cuatro millones de seguidores. En efecto, en alguna foto sale su trasero muy cerca de la cámara. En otros se pega banquetes con donuts, que sirve una presencia invisible (un mayordomo a su servicio, suponemos), o sorbe torpemente de un batido. Si uno le pone mucha imaginación, el parecido con Marlon Brando en sus últimos días de decadencia es increíble.
@Loki
Este husky más bello que el invierno no solo te derrite el alma, sino que además cuenta con bastantes fotos (mejores que las tuyas) en su perfil, muchas en paisajes helados que realzan su figura perruna, o colaborando con marcas importantes como Mercedes Benz o Toyota.
@Tunameismyheart
Feo como un pequeño tumor de color canela, con la mandíbula retraída, y sí, lo sentimos, diez veces más rico que toda tu estirpe. Así es este perrete que tiene 2,1 millones de seguidores y una historia de superación al más puro estilo estadounidense. Estuvo en un refugio mucho tiempo hasta que su actual dueño decidió darle una oportunidad.
@Harlowandsage
Freud tendría mucho que opinar sobre los dueños de esta cuenta con casi dos millones de seguidores, en la que predominan las fotos de perros abrazados, perros con las cabezas amontonadas unas sobre otras, perros haciendo la croqueta. Desde cierto punto de vista, la cosa acaba pareciendo una orgía animal suavizada por los filtros de colores pastel, y eso nos gusta.
@Popeyethefoodie
Si creías que tu peor pesadilla era uno de tus amigos pesados subiendo todo el rato fotos de sushi, espera a pasarte por la cuenta de este perrete que posa junto a pizzas que le doblan el tamaño, perritos calientes y boles de poke y salmón. 400.000 seguidores. ¿Hay un lugar en el infierno para lo foodie, venga de un ser humano o de una mascota?