Ya se acercan las vacaciones y seguro que tienes planeado hasta el último detalle de tu viaje: destino, dónde dormir, la compañía… Y una de las cosas que también escogemos a la hora de irnos de aventuras es el sitio que vamos a ocupar durante nuestro trayecto.

En caso de ir en tren o en autobús, no es tan importante, porque solemos se suelen escoger este tipo de transportes para viajes de distancias cortas o medias. Pero a la hora de volar… eso es otra cosa, sobre todo si te vas a tirar horas encerrado en un avión y en un asiento con el espacio personal justo.

Según varios expertos, como por ejemplo la jefa de psicología en la clínica Harley Street, la doctora Becky Spelman, la preferencia por el asiento dice mucho de la personalidad de una persona. Así que responde a la siguiente pregunta y averigua qué dice tu preferencia por el asiento de tu personalidad.

Si eres de los que se mueren por pillar vistas a toda cosa, eres una de esas personas a las que le gusta tener el control sobre las cosas y fácilmente irritable. Prefieres acurrucarte y olvidarte del mundo durante tu trayecto para distraerte con el paisaje.

Tiendes a ser algo egoísta y un poco introvertido. De hecho, tus momentos favoritos del viaje se concentran en leer un libro, jugar con el móvil o dormir sin que nadie te moleste. Y por supuesto, odias tener que levantarte cada dos por tres cuando alguien de la fila quiere salir a estirar las piernas o al baño.

A ver, siendo serios, a NADIE le gusta estar en medio. Pero si eres de esos pocos que han votado que sí… Eres un tanto rarito. Según los psicólogos, significa que eres una persona extrovertida y madura a la que no le importa compartir su espacio y conocer gente nueva.

De hecho, si no te molesta estar en medio es porque sabes que las cosas son como son y sabes que todo es por una razón. Así que si eres capaz de renunciar a tu privacidad durante unas horas y darte cuenta de que enseguida se pasará ese momento, ¡olé por ti! Eres considerado y capaz de ceder tu asiento favorito a otras personas.

Y por último, si prefieres el asiento del pasillo es porque eres una persona de lo más sociable y receptiva a la que no le gusta dormir en los aviones. Eres algo inquieto y de esos que se levantan cada dos por tres por nervio puro de estar en el aire y no tener los pies sobre la tierra.

Disfrutas de los viajes conociendo gente nueva y fijándote en los demás al verles pasar, ver qué hacen e incluso entablar conversaciones con desconocidos. No te gusta estar apartado y para ti, el vuelo ya forma parte del viaje antes de llegar al destino.