Estudiar oposiciones es una carrera de fondo que requiere paciencia de monje y una técnica depurada. No solo hay que llevar horarios militares y sacrificar gran parte de la vida personal, también es imprescindible maximizar la eficacia del estudio del temario para que el ritmo de consumo de temas y la memorización no embarranque por el camino. Son muchos y, en algunas, largos y monstruosos. Escalar un 'ochomil' a nivel de memoria.

Te hablamos de algunas técnicas que puedes utilizar para memorizar ese temario que se te ha atragantado.

Una técnica de estudio básica que requiere un poco de maña para desarrollarla en todo su potencial. Te permitirá asimilar cierta parte del temario con gráficos e ideas ordenadas de forma visual y relacionar ciertos conceptos más rápido, una vez vayas sintetizando las palabras que los representan.

En realidad, un mapa mental ordena de forma gráfica (colores, esquemas, flechas) una serie de ideas que pueden estar unidas como tú quieras, ya sea por relaciones de causalidad, conceptos interrelacionados o jerarquías entre unos y otros. No hay una sola manera de ordenarlos en esta suerte de cartografía memorística. Se ha demostrado que es una técnica de estudio que utiliza los hemisferios cerebrales para tareas complementarias: el hemisferio izquierdo para la comprensión de la información y el derecho para la asimilación visual.

Utilizarás colores y abreviaturas, en su mayoría. El mapa mental se memoriza a medida que se ‘fabrica’, con boli y papel, así que es muy recomendable hacerlo a mano y dedicar tiempo a diseñar nuestro propio sistema: cómo relacionamos las ideas, qué colores lleva cada una, en qué orden. Esa es la manera de retener la información.

Una técnica poco conocida pero bastante efectiva con cierto tipo de temarios que requieren comprensión además de la memorización de muchos datos. Se trata de asociar imágenes al contenido y ordenarlas de forma que tengan un cierto sentido narrativo para nosotros, al menos, en su forma de secuenciarse y de relacionarse. Es como crear una pequeña historia visual. Cada imagen nos permitirá ‘abrir’ en nuestra cabeza el contenido con el que la asociamos, y al tener un orden determinado, será más fácil.

No es necesario que las imágenes en sí posean una lógica rigurosa (temporal o temática), si bien es cierto que cuanta más congruencia haya entre unas y otras más fácil nos será desempolvar el ‘contenido’ (lo que debamos decir a raíz de la imagen)

Edad de mi perro – Dedos de la mano derecha – Años que llevan casados mis padres = 8536

Se trata de simular una presentación del contenido del temario. Sí, como lo oyes. Vas a imaginar que estás delante de un público o de un tribunal con su ojo de cuervo juzgador, y es a ellos a quien vas a tener que ‘representarle’ el tema o contárselo en voz alta. El hecho de obligarte a recitar el contenido, a contarlo de viva voz sin saltarte ni un solo artículo, va a obligarte a fijarlo, memorizarlo y discriminar la información importante de la accesoria.

En esta técnica es importante hacer todos los pasos con calma: leer bien el material a memorizar, sin apresurarnos. El segundo paso es comprender qué es lo que estamos leyendo, algo fundamental. Si no sabemos de lo que hablamos, será imposible que lo expliquemos con nuestras palabras a este tribunal imaginario. El tercer paso es, como te has imaginado, recitarlo delante de ese auditorio invisible, aunque con una particularidad: hay que imaginar que esas personas (una clase de compañeros de la oposición, por ejemplo) no tiene ni idea del contenido y tenemos que dárselo mascado y perfectamente explicado.

Esta técnica es interesante para exámenes de oposición en los que hay que desarrollar un tema y no es obligatorio recitar de memoria como una cacatúa, palabra por palabra.

Esta técnica es adecuada para la memorización pura y para exámenes tipo test psicotécnico u orales. Recitado puro, sin fallos ni tropiezos. No hay que argumentar, solo cantar sin un solo fallo. En este tipo de exámenes de oposición tan duros en los que se exprime cada célula gris lo mejor es utilizar de forma inteligente la nemotecnia, en este caso, valiéndonos de la ‘primera letra’: con la primera letra de las palabras fundamentales crearemos acrónimos que reúnan y condensen, por ejemplo, artículos largos.

‘La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado’.

Que sería el equivalente a SPEEPE, donde cada letra representa literalmente el inicio de las palabras más importantes, las que nos van a permitir articular en la memoria el artículo entero. Ya ves que sale una palabra bastante rara, y esto es más bien una ventaja: la memorizaremos mejor.