La crisis del COVID ha sido un reto para los colegios y universidades, donde tuvieron que adaptar, en cuestión de días, un modelo de enseñanza totalmente presencial a un confinamiento nacional. Sin embargo, este sistema, aún en desarrollo y con muchos problemas a solventar, resulta muy útil durante la pandemia, y en muchos centros de enseñanza han decidido implantarlo para este curso 2020/21. En lo que respecta a profesores y alumnos, algunos se han adaptado mejor que otros, e incluso ha habido quien no ha hecho ningún cambio en su forma de trabajar. Hablamos de los grados y las universidades semipresenciales, online o a distancia, muy populares en los últimos meses.
Son muchos los estudiantes que han pedido una apertura o traslado de matrícula a estos centros para el curso que acabamos de empezar. La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), abre su página web con un banner en el que advierte de que “la demanda de solicitudes de preinscripción de másteres oficiales es considerablemente superior al número de plazas ofertadas”, algo no tan habitual en otros cursos. Otros centros del mismo tipo, como la Universitat Oberta de Catalunya (de gestión privada), también declaran haber recibido hasta un 20% más de solicitudes que el año anterior.
Parece que el confinamiento ha supuesto un antes y un después en la relación de los estudiantes, los profesores y las instituciones de enseñanza con los entornos virtuales. Si para ti ha sido así, cuentas con las infraestructuras y los medios necesarios y ahora te planteas estudiar a distancia, sigue leyendo: en Yasss te contamos los pros y contras de este sistema, que cada vez suma más adeptos.
La pandemia llevó a muchas casas no solo los estudios a distancia, sino también el teletrabajo. Cada vez es más habitual ver ofertas laborales en internet para trabajar desde casa, y este sistema de estudios te permite compaginar ambas sin problemas de tiempo. En lo que respecta al transporte, te ahorras tanto los trayectos como el dinero que te cuestan, ya que no tienes que desplazarte hasta el centro de estudios.
La flexibilidad horaria también es un punto a tener en cuenta. Estudiar desde casa te hace más responsable de tu propio tiempo, ya que habitualmente las clases no tienen un horario pactado ni una presencialidad (aunque sea virtual) obligatoria. Solo es necesario cumplir con los plazos de entrega y los exámenes; el resto es más recomendable que obligatorio.
Estudiar desde casa también es mucho más cómodo, siempre que cuentes con los espacios adecuados: nadie te molestará y podrás avanzar a tu ritmo, aunque para eso se requiera mucha fuerza de voluntad y capacidad de organización. También puede llegar a ser más económico, tanto en lo que se refiere al precio del crédito (todo depende de la comunidad autónoma en la que estudies y el coste de los grados universitarios allí) como en los gastos de desplazamiento o alquiler. Al ser un centro a distancia, los estudiantes no tienen por qué pagar un piso cerca de la universidad para ir a las clases.
Las universidades a distancia, como la UNED, tienen fama de ser “para mayores” no solo porque permiten a gente que trabaja compaginar sus estudios con su jornada laboral, sino porque requieren un esfuerzo y capacidad organizativa que no todos tienen. Si quieres estudiar desde casa, tendrás que ser muy disciplinado y no hacer pereza a las horas de estudio ni los plazos de entrega. Nadie va a estar detrás de ti, ni siquiera el profesor: debes tener esto claro si quieres estudiar en un centro a distancia.
Además, por norma general el enfoque de estos estudios es mucho más teórico que el de las universidades presenciales. Si te gusta el aprendizaje práctico (de mucha utilidad, ya que permite perfeccionar conocimientos y poner a prueba las habilidades del alumno), deshazte de la idea al ingresar en estos centros: las clases online no permiten tanto juego como la presencialidad de un aula.
Eso aplica también para la interacción social. En los centros a distancia se limita el trabajo en grupo y las relaciones con otras personas, que muchas veces se conocen el día del examen. De hecho, el sistema de evaluación también es un punto que dificulta la vida a los estudiantes de las universidades a distancia: a pesar de que la formación no es presencial, muchos centros obligan a acudir a una sede para hacer los exámenes. Si no vives en una ciudad grande, es probable que debas desplazarte a la facultad, al menos una vez cada cuatrimestre, para las evaluaciones.
Por último, no todo el mundo tiene acceso a estos estudios. Si de algo nos ha servido la cuarentena ha sido para percatarnos de que muchas de nuestras casas servían para comer y dormir, pero no para trabajar o estudiar allí. Si quieres matricularte en un centro a distancia, necesitarás un ordenador, una conexión a internet decente y una casa con espacio para que el estudio no sea ninguna molestia.