¿Están los más jóvenes de lo más perdidos en la vida o es que tienen las cosas mucho más difíciles que sus padres y eso hace que, aunque tengan claro lo que quieren, no tengan ni idea de cómo conseguirlo? Pablo Tocino, creador de la webserie 'Una perra andaluza', cree que las generaciones más jóvenes "estamos perdidos, y es normal si cuando pensamos en el futuro tenemos muy pocas certezas y muchas dudas. Y desde luego las certezas que hay no pintan un futuro muy halagüeño". En su última creación presenta a un grupo de gente que intentan sobreponerse a crisis existenciales atravesadas por la precariedad y la opresión.
La idea de 'Una perra andaluza' surgió antes de que la pandemia de coronavirus pusiera nuestras vidas en pausa y frenase, o directamente destruyese, muchos proyectos artísticos. Con un presupuesto cero, superar un contratiempo como este con tanto trabajo ya avanzado fue un verdadero hito. Pero, como dicen en la misma serie, "caminante no hay camino, se hace camino al cagarla”. Que las cosas no salgan bien no es excusa para no seguir adelante. Esta es la mayor lección que nos podemos llevar de esta historia.
La webserie, que consta de siete capítulos de unos 20-25 minutos de duración, se ha presentado en el festival sevillano FOC Cultura Con Orgullo después de su anterior prestreno el pasado mes de septiembre bajo el nombre 'No te fíes, soy médico'. Cuenta su creador que estuvieron a punto de tirar la toalla: "Los primeros pasos fueron muy lentos, y al ser algo tan arriesgado sin presupuesto, el equipo técnico iba y venía. Cogimos carrerilla a principios de 2020 pero llegó la pandemia y por supuesto no podíamos rodar, ni teníamos realmente los medios para hacerlo en condiciones cuando se permitió volver a trabajar. Fuimos grabando lo que podíamos cuando podíamos, aprovechando especialmente verano y navidades".
Las vidas de varios jóvenes están a punto de cruzarse, y esto hará volar las pocas certezas que tienen sobre su camino. Sofía tiene un destino que en teoría es perfecto, pero siente que nada de eso es perfecto para ella. Samu es el amigo divertido y leal pero está por dentro lleno de mierda. Tamara es una chica de Las 3.000 Viviendas que no para de trabajar, y aún así saca tiempo para ayudar a su prima Sylvia, recién llegada a Sevilla después de haber pasado su adolescencia en Madrid e identificarse como persona trans. Judit, recién llegada de Costa Rica, está conociendo a una chica mucho mayor que ella, y el torpe de Marcos, está enamorado de un compañero de clase hetero al que pretende conquistar con la ayuda de una novedosa sustancia.
Para ser más concretos, el propio creador define a su webserie como una "dramarracha", un nuevo concepto que encaja a la perfección con el tono de esta historia: "Una dramarracha es tener tan reprimida tu sexualidad que te aguantes las ganas de ir al baño en el instituto, y acabes meándote encima en clase de Lengua a última hora. Una dramarracha es que te “hagan el favor” de follar contigo aunque estés gorda, siempre que no te quites la camiseta, y que en el fondo agradezcas no tener que quitártela", explica a Yasss Pablo Tocino.
A pesar de la falta de presupuesto, la serie está llena de cameos de caras conocidas, como Valeria Vegas, Maripaz Sayago, Vicente Romero, David Sainz, Alberto Velasco, Elizabeth Duval, Rocío Saiz, Samantha Hudson, Cristina Medina, MrAvelain, La Dani, Elsa Ruiz o Las Tukus. Además, han contado con la participación del artista Falete para la promoción de la webserie.
Aunque el camino ha sido complicado, el equipo de 'Una perra andaluza' ha conseguido su final feliz. Comenzaron a trabajar sin presupuesto, "porque vieron algo especial en él", cuenta Pablo. Está muy contento con su equipo porque "ellos decidieron apostar por la serie aún sin presupuesto, y quieren seguir haciéndolo, convencidos de que a la gente le va a encantar y que todo el curro va a merecer la pena. A veces, de hecho, son ellos quienes me aportan esa confianza cuando yo lo veo todo más inseguro".
La segunda temporada constará de ocho capítulos y el creador está buscando patrocinadores para "llegar al menos a un equilibrio en que, aunque no obtengamos beneficios, tampoco perdamos dinero". Cobrar por trabajar, ¡un sueño!