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Suspensos en diversidad en el cine y las series españolas: solo un 6,15% de los personajes eran LGTBI

  • El Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA) ha publicado un informe en el que analiza la representación racial, de género y sexoafectiva en el cine y las series españolas y los resultados no son nada positivos

  • Solo 80 de los 1301 personajes presentes en nuestros relatos audiovisuales son LGTBI; de ellos 57 corresponden a series y 23 a películas. Y de este estos, solo 14 son personajes con importancia en la trama

  • Aquello que no se muestra no existe: te explicamos las recomendaciones que propone la ODA para seguir avanzando hacia la plena inclusión de la comunidad LGTBI en el audiovisual

Aquello de lo que no se habla no existe, y aquello que se muestra con naturalidad acaba por resultar natural. Es algo que saben muy bien en el Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA), una iniciativa que se creó en España el año pasado a imitación de la norteamericana GLAAD, y que tiene como objetivo analizar la representación racial, de género y sexoafectiva en el cine y las series creadas en España.

Hace unas semanas la ODA presentaba su primer informe, que analiza el año 2019, y los resultados no son nada positivos: solo 80 de los 1301 (un 6,15%) personajes presentes en nuestros relatos audiovisuales son LGTBI; de ellos 57 corresponden a series y 23 a películas. Y de este estos, solo 14 son personajes con importancia en la trama. El resto, que son mayoría, son presencias anecdóticas cuya diversidad no juega un papel relevante en las historias.

Y dentro de la representación del colectivo, los hombres homosexuales son con mucho la parte más visible. Las mujeres lesbianas están infrarrepresentadas, mientras que la presencia femenina sí es mayor cuando hablamos de personajes bisexuales o trans. En concreto, de los 24 personajes identificados como bisexuales 17 son mujeres y 7 son hombres, mientras que en el caso de los personajes trans –cuya representación alcanza los raquíticos cuatro casos–, tres son mujeres y solo hay un hombre. Y de esos mismos cuatro, solo uno es interpretado por una persona trans (Luna en ‘Vis a vis’, protagonizada por Abril Zamora).

¿Cómo se mide la representación?

Para estudiar algo tan etéreo como la representación en términos cuantitativos, el informe de ODA tiene en cuanta las variables de orientación sexual, identidad de género, racialización y capacidades diferentes que se muestran o verbalizan de manera explícita en las producciones. Después, han aplicado un conjunto de pruebas sobre esos personajes conocidas como el test de Vito-Russo.

Inspirado en el test de Bechdel, que examina el retrato de los personajes femeninos en la ficción, el test de Vito-Russo –que toma su nombre del famoso activista LGBTI y cofundador de GLAAD– aplica tres medidas para considerar positivamente la inclusión de un personaje del colectivo en una película o serie:

  • Contener un personaje que sea identificable como LGBTI.
  • Que el personaje sea tan importante que su desaparición suponga un cambio significativo en el argumento. Es decir, que el personaje no esté solo para adornar las tramas del resto del reparto.
  • Que el personaje no se defina únicamente por su orientación sexual o identidad de género. Es decir, que sea algo más que un personaje LGTBI puesto con el único objetivo de ‘demostrar’ inclusividad.

Durante décadas, los personajes LGTBI han aparecido en el audiovisual como complementos sin importancia de las verdaderas tramas: amigos con pluma de una protagonista, artistas de variedades a los que los personajes van a ver actuar o parejas del mismo sexo pasando por el fondo de la pantalla. Aunque son identificables como LGTBI, no superarían el test de Vito-Russo y, por lo tanto, no serían presencias que favorezcan la normalizaciones de las identidades no cis-heterosexuales.

¿Qué queda por hacer?

A partir de su análisis, la ODA propone una serie de recomendaciones para seguir avanzando hacia la plena inclusión de la comunidad LGTBI en el audiovisual: en primer lugar, incrementar los referentes LGBTI en la ficción, especialmente mujeres lesbianas y personas trans, así como hombres bisexuales. Dentro de la ya escasa representación, todos los colectivos más allá de los hombres gays tienen una relevancia casi nula. En un momento en que los derechos de las personas trans están en cuestión por una parte de la sociedad, integrar personas trans de cine y series es una necesidad. En ese sentido, la serie 'Veneno' será una aportación histórica en el análisis de 2020, que se publicará próximamente.

En segundo lugar, aumentar la calidad y no solo la cantidad. En palabras del informe de Glaad ‘Where We Are On TV’: “Los personajes que se creen deben tener una identidad más allá de su orientación sexual o identidad de género, personajes con trama en sus carreras profesionales, en sus relaciones, que tengan sentido del humor; no quedarnos con un personaje unidimensional y sesgado. Su trama debe ser equiparable a la de un personaje cisgénero y heterosexual“.

De la representación existente, buena parte de los personajes LGTBI son mostrados en su proceso de salida del armario, y su identidad es motivo de conflicto. Está todavía por crear un catálogo de personajes que vivan y exploren su identidad sin que esta condicione negativamente su historia. Por eso, el informe apuesta por aprovechar los argumentos de series y películas para tratar temas relevantes y de actualidad y conseguir un mayor efecto de educación y sensibilización social, con mayor número de protagonistas LGBTI con trama propia y normalizada.

Por último, ODA hace un llamamiento para explorar la inclusión de personajes no binarios, actualmente sin representación en nuestro cine y en nuestra televisión. Mientras series como ‘One day at a time’, ‘Steven Universe’, ‘Millions’ o ‘Transparent’ sí han incluido personajes más allá del binarismo hombre-mujer, en España todavía esperamos nuestro primer personaje no binario. Mientras, como siempre, aquello que no se muestra no existe.