Cuando termina un concierto o un festival, somos muchos los que corremos a buscarnos en los vídeos y fotos del mismo para ver si aparecemos. Algo que no sería posible sin el trabajo tras las cámaras de muchos profesionales que acompañan a los músicos en sus giras. Un trabajo que puede ser un sueño para muchos. ¿O no? Para Sharon López (1995) sí lo es.
Al principio ella no se imaginaba que pudiera acabar con un trabajo así. Y es que esta fotógrafa de profesión estudió cine y se diplomó en edición de vídeo. Sin embargo, un giro de guion (nunca mejor dicho) hizo que acabara descubriendo la fotografía musical mientras vivía en Londres. Pero empecemos por el principio, ya que hasta llegar a donde se encuentra hoy no todo fue fácil.
“Descubrí el mundo de la música cuando me fui a estudiar a Londres y empecé a documentar con mi teléfono todos los conciertos a los que iba y lo subía a Instagram”, dice. Algo que la fue motivando poco a poco, hasta que su madre le regaló una cámara por navidades y comenzó a ir a las salas en las que tocaban bandas que estaban dando sus primeros pasos.
En ese momento, los conciertos eran su único ocio y empezó a sentir una fuerte pasión por la música y todo lo que sucedía en los shows. “Al principio fue de forma inocente. Documentaba todo lo que veía, pero más tarde se convirtió en algo que me apasionaba”, sostiene. Una constancia que acabó dando sus frutos. “Un día mientras esperaba para acceder a un concierto conocí a la editora de DIY MAGAZINE y tiempo después me ofrecieron cubrir el tour de Shame en España. Siempre pienso que ese fue el principio del camino”, apunta.
Y, gracias a esa casualidad, después le empezarían a surgir más trabajos. También en el mundo de la moda. Muchos de los cuales comparte a día de hoy en sus redes sociales, donde acumula miles de seguidores.
En un primer momento confiesa que todo fue muy duro para ella. Se encontraba lejos de la familia y amigos, había dejado en pausa su vida en Madrid mientras buscaba su hueco en la industria. “Había momentos de inseguridad, de soledad, de preguntarme por qué había elegido eso... Recuerdo un momento en el que estuve debajo de la lluvia todo el día con mi cámara en la Fashion Week de Londres y no dejaba de preguntarme: ¿Por qué estoy haciendo esto? Me estaba mojando, me entró agua en el objetivo, tenía hambre y frío”. Unos momentos que se compensaban con oportunidades y experiencias que hacen que haya valido la pena cada uno de los pasos dados.
Experiencias como haber podido trabajar con grupos nacionales e internacionales de la talla de Love of Lesbian, Leiva, Two Door Cinema Club, Hinds, Anteros y un largo etcétera. Una lista que tuvo su pistoletazo de salida en 2019, cuando tuvo la oportunidad de acompañar a Anteros de gira. “La experiencia fue increíble y emocionante. Cada día estábamos en una ciudad diferente, hacíamos vida en aquellos lugares por algunas horas… incluso echo de menos ir tantas horas metida en una furgoneta”, dice.
Un año, el 2019, que califica como un sueño. “Parece un sueño haber pisado Glastonbury con Two Door Cinema Club. Haber podido irme de gira por Europa con mi grupo favorito que era Anteros. Recibir la llamada para trabajar en el equipo de fotógrafos oficiales del Primavera Sound…”. Y un sinfín de trabajos más en los que destacan grupos como Shame, Sports Team, Leiva o Zahara, para los que ha podido documentar momentos importantes de sus giras. “Esto fue increíble”, apunta. “Siempre hay esa presión y autoexigencia de sacar lo mejor que a veces no te hace disfrutar de la noche, pero cuando miro con distancia cada uno de aquellos conciertos los recuerdo con mucho cariño y me siento muy afortunada”.
Una carrera que empezó a despegar en 2019 y que para 2020 pintaba aún mejor, ya que Sharon López había conseguido hacerse hueco, ofertas de trabajo soñadas, estabilidad… “Pero de repente nos confinaron”. En ese momento ella se encontraba en la Fashion Week de París y tuvo que volverse a Madrid. “Fue un bajón. Al principio me castigué bastante, estaba muy desmotivada aunque por otra parte llevaba todo el año viajando sin parar y sin descansar, sin tener tiempo para mí, por lo que de repente tuve que aprender a estar en calma. A lo largo de los meses fue un poco subidas y bajadas, pero estaba siempre en contacto con mi familia y amigos, lo que hizo que no perdiese la cabeza”, sostiene.
Un punto de inflexión que le llevó a reciclarse en el mundo de la fotografía. “Ahora trabajo mucho más con marcas creando contenido, haciendo fotos de promoción de bandas, foto fija en videoclips…. Poco a poco se están retomando los conciertos y el trabajo con grupos de música, por lo que la balanza se está volviendo a equilibrar”, dice.
Una vuelta a la antigua normalidad ante la que Sharon López se muestra muy agradecida, ya que le está permitiendo poder seguir trabajando como antes. Aunque es consciente de que no es una situación ideal, “pero nos toca adaptarnos y sacar lo mejor de la circunstancia con las condiciones que nos dan. La emoción y la energía siguen como siempre y eso es algo que no va a cambiar”.
Lo que sí que tiene claro es que está deseando que vuelvan los conciertos a su formato original, que vuelvan los pogos y el fotografiar de cerca, de poderse mezclar con el público y disfrutar desde las primeras filas. “Creo que esa era también un poco mi esencia, que me metía en el meollo. ¡Así que estoy deseando recuperarla!”, finaliza.