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La última conquista trans: razones por las que los actores y actrices deben rechazar papeles transgénero si no lo son

  • Halle Berry ha sido la última actriz en rechazar un personaje trans después de haberlo aceptado, como hizo Scarlett Johansson. Más cercanos son los polémicos casos de Paco León y Belén Cuesta

  • Charlamos con Rosa María García, activista trans y portavoz del Orgullo Crítico de Murcia. ¿Deben dejar de ofrecerse personajes trans a actores cis? ¿Deben ellos negarse a interpretarlos?

Esta historia nos la conocemos. Hace unas semanas, la actriz estadounidense Halle Berry, a la que recuerdas de películas como X-Men o Catwoman, afirmó en redes sociales que se estaba preparando para dar vida a un personaje trans en un nuevo proyecto, y tan solo unos días después, tras las críticas por parte del colectivo trans, comunicó que había renunciado a él y pidió disculpas. ¿No os recuerda al caso de Scarlett Johansson, que protagonizó una polémica idéntica en 2018? Y no hace falta irse tan atrás ni tan lejos. Paco León fue ampliamente reprobado por dar vida a una mujer transgénero en la serie 'La casa de las flores', y hace solo unos meses Belén Cuesta por lo mismo, en 'La casa de papel'.

Que hoy exista un debate público sobre estas decisiones de las estrellas cisgénero cuando aceptan interpretar a personajes transgénero (algo que sigue siendo habitual y que hace no tanto no generaba ninguna discusión, al menos de forma mediática) es, por un lado, un síntoma de que ya existe una conciencia sobre la necesidad de la representación trans, de que las cosas están cambiando. Por otro, que hablemos de lo mismo con tanta asiduidad nos alerta de que no lo están haciendo con la rapidez suficiente. Lo demuestra que muchas personas aún no ven el problema aquí, y que cuando se les plantea, se suelen escudar en una censura que no es tal, como si los malparados fueran los famosos actores cisgénero y no el colectivo trans que tiene tantas dificultades para acceder a la industria, para contar y encarnar sus propias historias.

Entonces, ¿deben dejar de ofrecerse a intérpretes cis personajes trans? ¿Deben dejar ellos de aceptarlos? Para dar respuesta a estas preguntas, y para abordar todas sus implicaciones, hemos charlado con Rosa María García (@__erosgarcia en Twitter), activista trans y portavoz del Orgullo Crítico de Murcia. "Antes de preguntarnos por lo que debería ser, tenemos que ponernos en la situación actual y preguntarnos: por qué es así? ¿Qué es lo que hace que se le den papeles de personas trans a personas cis? ¿Por qué casi siempre se les dan a personas por su sexo-género asignado al nacer y no por su sexo-género vivido?".

No es una decisión personal, es un problema estructural

"El mensaje de fondo es que las mujeres trans son o han sido hombres, es decir, han vivido como tales. Y no es así. Las mujeres trans, a veces, hemos intentado ser hombres, pero eso no quiere decir que hayamos vivido como tales. Al contrario: se nos ha forzado socialmente a ser algo que no somos ni hemos sido, y hemos salido de ello", continúa. "Hemos sobrevivido a una vida que no era nuestra. Y lo mismo se puede decir de cualquier persona trans o de género no normativo. Esto lo ilustra muy bien Halle Berry cuando dijo que quería 'vivir la experiencia'. La cuestión es que ser trans no es una experiencia para gente cis, sino que es la vida de las personas trans, de cada una de nosotras, y cualquier otra lectura es superficial a la fuerza".

Rosa María incide así en uno de los aspectos más importantes del debate. Hasta que las personas trans no interpreten sus historias, estas no serán justas ni realistas. Y no es cuestión de que ningún actor cis vuelva a dar vida a una persona trans nunca más, sino de que, considerando el panorama actual del colectivo, todos debemos remar en esa dirección. "Hace mucha falta escuchar a la comunidad, eso está claro, pero creo que es equivocado plantearlo como un tema de responsabilidad personal. El reconocimiento que ha llevado a Halle Berry, y otras antes, a rechazar el papel nunca es solo individual, sino que necesita de todo un medio social. Sin todo el trabajo del activismo histórico y el apoyo y la comprensión de muchas personas cis, esto ni siquiera sería reconocible".

"La decisión de rechazar estos proyectos, de no ofrecérselos a personas cis y de buscar activamente a personas trans para ellos, es parte de esa construcción de un medio social sano para nosotras" desarrolla. "Pero también hay que ir mucho más allá y hablar de quién escribe los guiones y quién dirige la escena, y también en que condiciones de trabajo se hace.

Hasta que las personas trans no interpreten sus historias, estas no serán justas ni realistas

Otra cuestión de fondo fundamental es que es absurdo pensar que este reconocimiento hacia la comunidad trans se va a dar sin problemas ni roces en un mundo en el que se reconocen denuncias de abusos y violaciones y no hay consecuencias reales para los agresores. La misoginia es una forma de sexismo muy evidente, y es la raíz de los problemas de representación y reconocimiento que vivimos las personas trans".

La importancia de la representación

La activista da en la diana de otro conflicto importante: quiénes escriben y dirigen estas historias. Ya no solo hablamos de que las personas trans deben dar vida a personas trans, sino que deben tener acceso a puestos de producción, escritura, dirección… Y es algo que se ha extendido también a otros colectivos dentro del LGTB+, o las comunidades racializadas. "Esto es importantísimo, y pone sobre la mesa cuestiones clave, como quiénes controlan la industria, cuáles son las condiciones de trabajo y, especialmente, por qué se nos niegan estructuralmente las oportunidades para acceder a estos ámbitos", asegura.

"Si algo sabemos desde el feminismo es que la representación tiene efectos muy reales, y por eso también puede convertirse en una trampa. Ver a personajes complejos, con historias que podrían ser la tuya, que le ponen nombre a realidades que mucha gente aún desconoce, aporta algo importantísimo", reivindica Rosa María. "Ya no es ponerle una palabra o una etiqueta, es abrir a los espectadores a otras formas de entender la realidad social que vivimos, que somos, en la que estamos. No se trata solamente de estereotipos, se trata de las ideas que presentan sobre qué significa ser una persona trans, qué es de hecho ser una persona trans. Se trata de presentar a una persona que públicamente es un hombre en un rol de mujer trans. No es inocente. Es ideología".

No estamos en las mismas condiciones, igual que las mujeres cis no están en las mismas condiciones que los hombres cis

"La mejor representación en la presencia, es simplemente estar ahí. Creo que el debate real toca estos interrogantes y pone en cuestión el mismo hecho de que haya industria, en el sentido de que existan intereses económicos detrás de la mayor máquina de producción de ideas que ha habido en toda la historia de la humanidad", apunta García sobre todo lo que tiene que cambiar en Hollywood. "Diría que este es el debate necesario, porque es la cuestión que estructura el control de esta máquina gigantesca. Pero es un debate muy difícil de tener y hay muy pocos oídos dispuestos a escuchar, porque implica prácticamente dar la vuelta a nuestra concepción de cómo debe ser todo".

El desempleo en el colectivo trans

Más allá de la representación, de lo simbólico, merece la pena recordar que el colectivo trans es el que registra mayores cifras de desempleo dentro de las siglas LGTB+. Y eso también incide aquí. "No solo es una cuestión de reconocimiento y de negación, que es muy importante, sino de recursos que no se tienen. De tiempo que no se dispone, de facturas que hay que pagar, de cuidados que hay que compartir con familia o amistades. En general, se trata de tener posibilidades materiales de vida muy básicas. Se trata de ir con cuidado si ganas dinero por cams eróticas y otras formas de trabajo sexual", subraya.

En esta conversación hemos dado algunas claves interesantes sobre por qué son las personas trans quienes deben contar e interpretar sus historias, por qué es una propuesta política revolucionaria en un sistema económico y de ideas tan cerrado como Hollywood, y por qué es importante trascendiendo lo simbólico. "El acceso profesional, especialmente a industrias que exigen una carrera de fondo, está ligado a todo esto. Cuanto más se niega un reconocimiento básico, más se perpetúan situaciones de vulnerabilidad, y más difícil es acceder a esos trabajos", alerta García. Y concluye: "Simplemente, no estamos en las mismas condiciones, igual que las mujeres cis no están en las mismas condiciones que los hombres cis e igual que los hombres gais o bisexuales no están en las mismas condiciones que los hombres hetero".

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