No todo gira en torno a ellos: enseñanzas sobre el amor que han transmitido Ariel, Elsa, Anna y otras princesas Disney

Su aspecto físico, sus personalidades y sus historias son muy diferentes, pero hay algo que tienen en común la mayoría de las princesas Disney: prácticamente todas han sido protagonistas de tramas románticas en sus películas. Y aunque algunos de los filmes y sus personajes han estado salpicados de estereotipos negativos, por otra parte todas las películas de dibujos de la compañía han transmitido valores y enseñanzas importantes, algunas de ellas relacionadas precisamente con el amor. En Yasss hemos hecho un repaso y hemos identificado cinco de las más destacadas lecciones que transmitieron las princesas Disney sobre el amor. Aviso: este artículo contiene spoilers.

No necesitas cambiar para gustarle

En 'La Sirenita' nos quedamos fascinados con Ariel, un personaje que se caracterizaba por ser muy curioso y por sus ganas de conocer nuevos mundos. Como quien quiere trasladarse a vivir al extranjero, ella tenía el deseo de irse a vivir fuera del agua. Está fascinada por el mundo de los humanos, pero para vivir en él necesitaba cambiar su cola de sirena por unas piernas.

Aunque algunos espectadores pudiesen quedarse con el concepto erróneo de que, en 'La Sirenita', Ariel cambiaba y renunciaba a lo que era para gustar al príncipe Eric, lo cierto es que no era así. La protagonista del clásico de Disney ya soñaba con vivir fuera del agua desde antes de conocer al humano del que se enamoró. Ariel ni cambió para gustar al príncipe Eric ni necesitaba hacerlo, algo que quedó demostrado cuando él descubre quién es realmente tras la fallida boda con Úrsula.

El amor de pareja no es el único ni tiene por qué ser el más importante

Lejos de dejar helados, 'Frozen' encandiló a los espectadores y se convirtió en una de las películas de Disney más aclamadas. Las protagonistas, Elsa y Anna, dejaron una gran enseñanza a través de una historia que se alejaba de las clásicas tramas de príncipes azules. El amor romántico, que en otros filmes de Disney solía tenía mucho peso en la historia, en 'Frozen' pasaba a un segundo plano.

A lo largo de la trama de 'Frozen' Elsa no tiene ningún interés amoroso en lo que se refiere a pareja y parece no ser casualidad. Y es que la película esconde una moraleja que no pasa desapercibida: el amor de pareja no es el único ni tiene por qué ser el más importante. El filme destaca la importancia del amor familiar y la amistad. En la película el príncipe azul, que para Anna resulta no ser tan azul y para Elsa no existe, queda a un lado y lo que prevalece es el cariño fraternal entre las protagonistas.

Que nadie decida sobre tu vida amorosa

En 'Aladdin' encontramos a una de las princesas Disney más queridas. Se trata de Jasmín, un personaje que conquistó a todos los espectadores por su gran personalidad. Con su actuación en la película la princesa dejó una enseñanza muy importante: nadie tiene que decidir sobre tu vida amorosa. En el filme el Sultán de la ciudad ficticia de Agrabah, padre de Jasmín, quiere obligar a su hija a casarse con un príncipe, algo a lo que ella se niega con rotundidad.

Jasmín no quiere contraer matrimonio y menos con alguien a quien le tratan de imponer. Si se casa quiere que sea porque ella lo decide, por amor y con quien ella elija. La joven reivindica tomar sus propias decisiones y llevar las riendas de su vida. La princesa deja en un segundo plano los lujos de su palacio, rechaza a pretendientes adinerados y se rebela contra tradiciones que coartan su libertad y que le imponen un estilo de vida al que ella renuncia.

Un tipazo no es suficiente para enamorarse

En 'La Bella y la Bestia' vimos cómo la protagonista pasaba totalmente de Gastón, el cachas del pueblo que le roneaba. Y es que aunque tenía cuerpazo, la forma de ser del tipo dejaba mucho que desear, una combinación que quizás hayas visto más de una vez en Tinder o en cualquier otro escenario o situación de ligoteo. Los grandes bíceps y pectorales turgentes de Gastón eran algo en lo que Bella ni se fijaba porque sabía que el tipo, además de un chulito, era un auténtico cretino que no merecía la pena.

Que no hay que dar importancia al físico y que la guapura que de verdad importa es la de dentro es una idea que el filme, desde que Bella le hace una súper cobra a Gastón hasta que se enamora de Bestia, trata de transmitir. Y aunque el comportamiento inicial de Bestia con la protagonista empaña la moraleja, la película en su conjunto lanza un importante mensaje que acaba quedando muy claro: la belleza está en el interior.

Encontrar un/a novio/a no debe ser tu principal interés

Tiana es una de las princesas más desconocidas de Disney y, sin embargo, una de las que dio una de las lecciones más importantes relacionadas con el amor. De la historia de su película se extrae la idea de que lo de enamorarse está muy bien, pero que querer encontrar el amor no debe convertirse en tu interés principal ni debe suponer dejar de lado otras inquietudes. Eso es precisamente lo que enseña el personaje principal de 'Tiana y el sapo' con su historia.

Tiana es una camarera que no sueña con encontrar a su príncipe azul, sin que eso signifique que no quiera enamorarse de alguien. Ella es una persona independiente, inquieta y emprendedora que tiene otro sueño en el que es la protagonista principal: montar su propio restaurante en Nueva Orleans. Tiana se enamora, pero ese amor, que aparece en su vida sin que ella lo busque, no eclipsa ni deja en un segundo plano otras inquietudes del personaje. Todo lo contrario: el chico del que se enamora Tiana, el príncipe Naveen, se convierte en su compañero para cumplir el sueño de su vida de abrir su propio restaurante.