Las películas clásicas de animación de Disney son las que tradicionalmente más hemos visto en familia. Generación tras generación hemos crecido con 'Peter Pan', 'La dama y el vagabundo' o 'Tarzán', entre otras. Películas, todas estas, a priori entretenidas, para niños y ¿sin mucho drama?. Pues bien, estas tres y 19 más tienen en común un detalle bastante singular: sus protagonistas son huérfanos.
Así es, los protagonistas de estos clásicos suelen tener una vida bastante traumática en la que o bien han perdido a sus padres, son abandonados por ellos, o mueren durante la película. Demasiado drama teniendo en cuenta la edad de los niños para los que están pensadas.
Y es que, todo esto no es en absoluto una exageración, ya que en 22 de las 57 películas consideradas como "clásicos Disney" los protagonistas no tienen padre o madre (o los pierden en el filme). También en 6 de ellas los personajes son huérfanos de madre, y en otras 4 el que falta es el padre.
Por tanto, en total, son 32 los clásicos de Disney con personajes huérfanos, mientras que solamente en 8 el héroe o la heroína vive sin dramas familiares. En las 17 películas restantes, los personajes son adultos y las tramas familiares no aparecen representadas.
Nos encantaría poder tener a Walt Disney entre nosotros para preguntarle directamente a él cuál es el motivo por el que en la mayoría de sus películas los protagonistas están huérfanos; pero como este no es el caso, nos tenemos que quedar con las declaraciones que hizo el productor ejecutivo de muchas de las películas de la compañía a la revista 'Glamour' en 2014.
Don Hahn, quien produjo junto a Walt películas como 'La bella y la bestia' o 'El rey león', declaró que hay dos motivos cruciales por los que Disney a lo largo de su historia ha preferido que los protagonistas de sus historias sean huérfanos.
El primero de ellos tiene que ver con una cuestión meramente práctica, y es que debido a que las películas Disney solían tener una duración aproximada de 80 o 90 minutos, lo más sencillo era no centrarse en sus padres, sino en el crecimiento de los personajes. Así, al quedarse huérfanos tenían que asumir responsabilidades más rápidamente.
El otro motivo es el que tiene que ver con uno de los trágicos episodios que vivió Walt Disney. Tras el éxito que estaba teniendo con su primer largometraje de animación, 'Blancanieves y los siete enanitos', decidió comprarle a sus padres una casa, donde más tarde moriría su madre por intoxicación de monóxido de carbono. Fue el horno de la casa que su hijo Walt le había regalado el que falló muchas veces hasta provocar un incendio en el que falleció Flora Disney. Este hecho traumatizó a Walt, que se consideró a sí mismo el culpable del accidente, porque era quien le había comprado la casa.
Llama la atención que al igual que es muy común la orfandad, también lo son las madrastras y las adopciones entre distintas especies. El primer tema se inicia en Disney con la madrastra cruel de Blancanieves, y se repite trece años más tarde en 'Cenicienta'.
El tema de que los protagonistas sean adoptados por el asesino de su madre también se repite en las películas de Disney. En 'Hermano oso' es el asesino de la mamá osa quien se convierte en el protector y hermano mayor del osezno huérfano. Por otra parte, en 'El jorobado de Notre Dame' Quasimodo es otro personaje adoptado por el asesino de su madre, que lo encierra en la catedral parisina.
En cuanto a las adopciones entre personajes de distintas especies, estas son más felices y familiares que las anteriores. Un ejemplo de esto lo tenemos en 'Tarzán', al protagonista lo acogieron unos gorilas para ocupar el lugar que había dejado su familia y, lo mismo ocurre en la película 'Dinosaurio', donde una familia de lémures se hace cargo de Aladar.