No sabemos por qué, pero antes de que llegase el coronavirus a nuestras vidas, cuando ponían en las discotecas 'Felices los 4' era automático: nos veíamos arriba. El poder del reggaeton nos abducía y eso es algo que sigue pasando aunque ahora no podamos bailar tan libremente. No sabemos si es por su ritmo, los cantantes o porque está de moda, pero ahora ya poca gente reconoce no perder la cabeza o no sentir nada cuando escuchan un buen perreo.
¿Eso quiere decir que les gusta a todos? Pues habrá de todo, tal y como se puede ver en este vídeo de PlayGround en el que le han preguntado a varias personas qué opinan del reggaetón y que explica un poco por qué hay cierta presión en tener que reconocer que les gusta el género, cuando en realidad no les mola:
¿A qué se debe ese miedo? ¿No está bien visto ir en contra de uno de los géneros más difundidos en el mundo? Por lo visto, hay bastante presión social y, tal como algunos reconocen, a "querer formar parte del grupo". Que las canciones sean números uno y que llenasen antes de la era covid conciertos multitudinarios, tampoco ayuda a la hora de hablar claramente de gustos... Digamos que se ha producido el efecto contrario.
Si antes algunos preferían no decir que realmente les gustaba y se avergonzaban de ser felices por escuchar esta música, ahora se han invertido las tornas y resulta los que lo odian sienten una gran presión encima y, por tanto, no llegan a reconocer que no les gusta. Parece que la época del desprecio por este género, que se ha llegado a catalogar de "vulgar" y machista por sus letras, ha llegado a su fin y, sí, aunque sigue teniendo sus detractores cuesta más alzar la voz en su contra.
En esas palabras de J. Balvin está la explicación y por eso ahora un montón de artistas se apuntan a esta tendencia: desde Shakira, Ricky Martin, Enrique Iglesias, Jennifer López o Luis Fonsi, hasta otros responsables de grandes hitazos como Don Omar, Wisin y Yandel, CNSO, Chino y Nacho, Maluma, Becky G, Osuna, Nicky Jam, Gente de Zona, etc.
Tal vez por eso ahora les resulta más difícil salir en su contra a los que antes hacían su crítica abiertamente. El ritmo, que mínimo te hace mover el cuello se cuela en las casas a la espera de que vuelva a sonar en las pistas. El género se ha hecho para todos los públicos y no es menos sano que aquellos que cantan temas de 'príncipes y princesas' en los que todo sale bien, que eso también acaba frustrándonos. El escuchar reggaetón se ha normalizado y por eso ahora tiene menos resistencia.