Conocemos a 'Furious Monkey House', el rock más joven del momento: "No aceptamos versiones de otros"

Tras currarse un disco, que me confirman que es más exigente que el primero porque ellos mismos han crecido profesionalmente haciéndolo, ahora es el momento de que 'Furious Monkey House' estén felices por todo lo que han conseguido y de todo lo que aún les está por llegar. Son jóvenes a los que les corre sangre rockera por las venas y a los que no les importan las modas porque ellos son auténticos con lo que hacen y les gusta. El último bastión del rock español en una generación tan joven, que por cierto, es un título que ellos llevan con mucho orgullo.

Y esto es así porque han retado a toda su generación y ellos no pecan de convencionales. Son muy jóvenes, pero saben qué identidad sonora va con ellos y el alma que tiene que dirigir esta banda de rock en estado puro. El alma que les une, les enfada, les agita y les motiva es un mono furioso y esto es lo que les hace realmente originales, además de que se lancen sin miedo a tocar directos o vivan la música como ellos quieran tal como vienen haciendo desde hace más de un lustro. Con ellos hemos estado para que nos presenten su nuevo disco 'Love, Scum & Dust' y nos cuenten muchas cosas más de ellos:

Para empezar sois muy jóvenes, pero con personalidad porque estáis retando al reggaeton haciendo rock y os capitanea un mono furioso, ¿cómo surge esta gran combinación?

Martiña: Básicamente todos éramos alumnos del mono cada uno por una actividad extraescolar del colegio diferente en Pontevedra y este decidió hacer una agrupación de chicos que hicieran su propia música y aprendieran a tocar un instrumento, no aceptamos versiones de otros grupos. Así nació el grupo y hasta hoy.

¿Y por qué la figura de un mono y furioso?

El mono: El nombre de la banda viene por muchas casualidades. La primera, el mono que desde siempre fue una mascota que me acompañó en muchísimos proyectos. Lo segundo porque para mí el mono es probablemente el animal más guay del planeta. Es un bicho muy especial y furioso porque la primera canción que hicimos formaba parte de un juego, y mi querida Irene se dedicó a meterse conmigo. Entonces dijimos pues vamos a hacer una canción a partir de eso. Empezamos a describir a un personaje que se enfadaba, que gritaba y yo me subía a la batería, a los amplificadores y hacer un poco el teatro con ellas por el que salió el nombre.

Esta pregunta también va para el mono, ¿por qué te decidiste por estos componentes? ¿Qué viste en ellos para considerar que sí o sí tenían que estar en el grupo?

El mono: Pues la verdad es que lo único que vi en ellos es realmente nada (risas). No, es broma. Lo que vi fueron sus ganas porque esto al principio empezó con un taller experimental que hacía un fin de semana y los alumnos que más atentos estaban, los que yo veía que tenían más interés por la música y por aprender fueron los escogidos. Y tengo que decir que nació sobre todo gracias a Irene y Carlota, que eran mis primeras alumnas del estudio de grabación. Ellas le dieron un buen impulso a todo esto.

¿Quién lleva el peso y rutina de componer?

Martiña: Normalmente es Gonzalo (el mono) el que viene un poco con la iniciativa o una pequeña idea y a partir de ahí la desarrollamos todos. Yo también he llevado en ocasiones alguna canción ya prácticamente escrita y ellos me ayudaron a completarla. Lo interesante es que todos traigamos un pequeño proyecto y a partir de ahí lo desarrollemos totalmente en función de la especialidad de cada uno.

Y desde vuestros comienzos hasta vuestro nuevo trabajo hay un cambio que se nota también en las canciones. Seguís con vuestra esencia rockera, pero también se pueden ver aires pop y con más fusión, ¿estáis probando con nuevos estilos?

El mono: Sí, todo va cambiando al igual que ellos y bueno todos en general. Nunca nos cerramos a ningún estilo en concreto, aunque yo sí que he visto cambio de un disco a otro. Aquí ya no nos vale todo. Antes hacíamos una canción y nos molaba en seguida lo que había y nos lanzábamos, pero ahora le damos muchas vueltas entre todos.

Ahí se ve la madurez del grupo

El mono: Sí, en eso precisamente.

¿Qué música es la que os inspira?

Martiña: Yo escuchaba antes mucho a Sia porque como compositora es muy guay.

El mono: Yo también alucino mucho con Sia. Como con una vuelta pequeña de acordes es capaz de conseguir lo que quiera con la voz. Me parece una barbaridad.

Cuando grabasteis vuestro primer trabajo vivisteis una experiencia inolvidable en un lugar icónico para cualquier músico, en Abbey Road, ¿cómo ha sido la grabación de vuestro segundo trabajo?

Martiña: No estuvimos en un estudio tan increíble, pero nosotros estamos genial en cualquier sitio. Grabamos en un estudio de Vigo y en nuestra escuela. No fue un sitio tan emblemático con en el anterior disco, pero como estábamos rodeados de nuestra gente y en nuestros sitios pues hemos sacado muchas cosas guays de la experiencia. Igualmente siempre que grabas aprendes muchísimo.

¿Cuál es la experiencia como grupo que más recordáis desde que empezasteis esta andadura?

Martiña: De lo que yo más recuerdo es cuando tocamos hace un mes en Pontevedra, que es nuestra casa, una ciudad pequeñita, pero como estábamos con nuestros amigos, familias fue un buen chute de cariño y yo lo recuerdo mucho.

El Mono: Yo guardo con especial cariño varias fechas importantes: la primera que fue el primer concierto que salió Carlota después de tocar y le preguntaron cómo se sentía y con su mini vocecita, muy cuqui ella, decía que era una pasada, que había cumplido un sueño; otra fue la primera vez que tocamos con Diego en la sala Karma y estoy de acuerdo en que el último concierto nos pilló en muy buena forma, invitamos a mogollón de colegas, subimos a mucha peña en el escenario y moló todo.

Al ser varios y distintos, ¿en vuestra banda hay piques por la convivencia o se puede decir que todo es de color de rosa?

Martiña: Pues no tenemos piques. Yo creo que como equipo funcionamos súper bien.

El Mono: Hemos tenido charlas serias, discusiones de lo se entiende bien por discusión, de vamos a debatir y hasta donde lleguemos. Hasta ahora todo siempre ha ido guay y creo que va a seguir siéndolo porque todos tenemos un respeto por el papel que tiene cada uno. Y un respeto por los ritmos de cada uno que eso es importantísimo porque somos un equipo para lo bueno y para lo malo. Nos adaptamos a todos. Esto lo tenemos para disfrutar el tiempo que nos dure y vivir experiencias guays.

Si os dieran la oportunidad de colaborar con algún artista, ¿a quién escogeríais?

Martiña: No lo sé.

Irene: Yo tampoco lo sé.

El mono: Yo con Beck Hansen.

(Se suman a la opinión del mono Martiña e Irene)

Eso, a ver si desde aquí hacemos un llamamiento y os escucha…

Martiña: Sí, Beck ¡te queremos mucho!

El mono: ¡Escúchanos, Beck!

¿Cómo lleváis el fenómeno fan siendo tan jóvenes?

Martiña: Nos mola mucho tener fans y gente que nos escuche y que nos apoye. No hemos vivido nada en plan loco o tóxico.

Y, tenéis poco tiempo libre entre ensayos y clases, ¿veis algún lado malo a esta experiencia que estáis viviendo?

Irene: En cuanto a los viajes te organizas para saber que no habrá fallo. Estás una semana sin ensayos y no pasa nada.

Diego: Si te gusta lo que haces, no te quita nada. Solo suma.

Martiña: Es un ejercicio de coordinación, pero no es tan difícil porque tenemos solamente un par de ensayos a la semana que aprovechamos muy bien y con eso al final las horas son suficientes. Eso sí, cada uno en su casa debe intentar preparar su parte, todo así es más fácil.

¿Qué es lo que os apetece ahora hacer más?

Mariña: De momento seguir haciendo conciertos, presentar los nuevos temas y ver cómo lo recibe el público. Ya hicimos la parte de componer el disco, este ya está sacado y lo que toca ahora es presentarlo al mundo.