Elizabeth Duval (2000) dice estar cansada de que la etiqueten como activista trans. Tanto es así que en su último libro, ‘Después de lo trans’, llega a amenazar con “partirle la cara” a la próxima persona que la nombre así. Por ello, preferimos preguntarle directamente para que fuera ella quien se definiera. Algo que toma como una trampa, pero que responde casi de carrerilla: “Me gusta definirme de una manera muy esquemática. Alguien que ha publicado varios libros, que escribe en medios y que estudia filosofía y filología francesa”.
Pero más allá de esta simple definición, Elizabeth Duval también es uno de los referentes intelectuales de nuestro tiempo. Desde hace unos años, es seguida en redes sociales por sus reflexiones sobre temas tan diversos como la defensa de lo trans o la importancia de pagar impuestos en España y no en Andorra. Palabras que le han sido aplaudidas y le han traído también bastantes haters. En Yasss hemos hablado con ella para que nos cuente su visión sobre todos estos temas.
Pregunta: Ahora eres conocida por tus intervenciones en medios y por tus libros, pero antes de todo esto ya estuviste en portadas de periódicos y telediarios
Respuesta: En 2017 estuve en la portada de ‘Tentaciones’ en un reportaje sobre lo trans y antes había salido en ‘El Intermedio’, en ‘Cuatro’, en ‘El Mundo’… siempre relacionado con el mismo tema.
¿Cómo has llevado esa repercusión desde tan joven?
La violencia de los haters de antes no se compara con lo que estoy viviendo en este momento. Es ahora, cuando la repercusión es más grande, cuando lo vivo de forma más frenética. Creo también que el haberlo sufrido de tan joven me ayuda a que sea menos duro.
Sin embargo, entiendes que los haya…
No los defiendo psicológicamente, pero hay que convivir con las bajas pasiones que tiene la gente en redes sociales. No es algo que tenga que justificarse, pero es una realidad.
Quizá no los defiendas, pero sí los utilizas en algunas ocasiones para provocar desde esos espacios
No busco el odio ni el ataque hacia mi persona, pero me he dado cuenta de que lo que yo diga importa poco, que se me va a atacar simplemente por ser quien soy. Lo que yo digo creo que es lo de menos.
Respecto a esto último, creo que sí se siguen tus palabras. El ejemplo más claro es cuando debatiste con un youtuber sobre la legitimidad de irse a vivir a Andorra. O tus declaraciones en otros programas como ‘Playz’, que se vuelven virales por cómo te defiendes
El ejemplo de la guillotina y los youtubers se movió mucho porque es una imagen muy provocadora. Al manejarte en esos registros tristemente tienes que ser más o menos consciente de que, lo que más funciona, son los cortes que van a viralizar tus enemigos. La extrema derecha sabe utilizarlo muy bien. Como es el caso de Isabel Díaz Ayuso, quien consigue que se hable continuamente de ella. Una herramienta que la izquierda casi no utiliza, que parece que ha renunciado a ella. Algo que me parece mal, porque al final son los otros los que marcan la agenda.
¿Iba en esta línea tu aparición en ‘First Dates’?
Evidentemente. Yo no iba al programa buscando el amor, sino como acto promocional. En ese momento iba a publicar mi libro ‘Reina’, pero a los dos días cerraron todo el país y sus librerías por la covid-19. Aun así, creo que la estrategia era buena.
Con ‘Después de lo trans’, tu último libro, sucedió justo lo contrario, ya que lo publicaste en medio del debate sobre la Ley Trans. Un ensayo que empiezas con: “Estoy hasta el coño de lo trans”. ¿Por qué afirmas esto?
Antes de escribir el libro estaba cansada de que siempre me preguntaran por lo mismo. Por ello, a partir de este noviembre, mi intención es dar una respuesta negativa sobre lo trans. O si un periodista me pregunta, decirle que me lo explique él o que no tengo ni idea. Mi propósito es jubilarme de este tema. Lo hago porque creo que si te encasillan en este tipo de cosas, luego es muy complicado salir de ellas.
Llegaste al agotamiento de que únicamente se interesasen por ti sobre este tema?
Sí, aunque últimamente está cambiando. También por el resto de cosas que hago, que no tienen que ver con lo trans. Sin embargo, en algunos medios generalistas siguen utilizando el epíteto de activista. Hay periodistas con los que ha funcionado la amenaza que pongo en la primera página del libro, pero con otros no.
¿Por qué crees que el tema trans ha despertado tanto interés en los últimos meses?
Creo que se ha debido sobre todo a tres razones: porque hay más personas trans visibles en el debate público, por la cuestión legislativa de la Ley Trans y por el uso político que ha surgido en torno a este debate. Me parece que se trata de una discusión dentro de un interés más general hacia cuestiones relacionadas con el género y las identidades. En los próximos años se seguirá hablando de lo trans, pero creo que con menos intensidad. O al menos eso espero.
Un debate que, muchas de las personas que lo vivimos desde la distancia, preferimos tomarlo con pies de plomo. ¿Cómo lo harías más cercano tú?
Creo que el problema que ha habido es por un tema político al que mucha gente se acaba sumando. Los motivos reales son más banales que puras divergencias sesudas. No hay que ser ingenuos para pensar que media España se ha levantado un día siendo experta en teoría queer, sino que ha habido un conflicto político y que esto ha servido como instrumento para vehicularlo.
El problema es que este conflicto político acaba afectando a la libertad individual de muchas personas
En los casos reaccionarios, hay una cuestión moral en contra de lo trans, un discurso contra la ideología de género. El debate no se ha planteado como la libertad individual de cada persona, sino que se ha considerado como una cosa nociva para la sociedad en general. Mucha gente cree que las personas trans están sufriendo una epidemia, como si se tratara de gente enferma. El problema de esto es que entras en unos discursos peligrosos, ya que puedes llegar a suprimir a un colectivo.
¿Cómo se pueden desactivar esos discursos?
Señalando sus falsedades. Como, por ejemplo, diciendo cómo ayuda el reconocimiento del nombre administrativamente a la reducción de actos suicidas en personas trans. O desmintiendo algunos de los bulos respecto a la Ley. Como el que dice que regla la medicación, porque eso ya se hacía a través de las comunidades autónomas antes de esta norma. Yo empecé el tratamiento en 2014-15. Ese es el camino. Es importante deshacer sus mentiras para que la gente no se las crea. Hay que interrumpirlas.