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Sobreviví a un concierto de Sidonie sentada: verlos en la nueva normalidad sigue dando el mismo subidón

  • Con el público bailando en la silla y respetando nuevas medidas de seguridad: así se vivó ayer el concierto de Sidonie en Madrid

  • Tras el parón obligado por la pandemia de coronavirus, el grupo catalán ha retomado los conciertos y el lanzamiento de su nuevo disco

  • Los conciertos en la 'nueva normalidad' son el paraíso para todos aquellos que prefieren disfrutar de la música "modo señor/a"

Pues parecía que no y al final oye, ahí estamos: viendo otra vez a los amigos y a la familia, aprendiendo a disfrutar de los destinos nacionales estas vacaciones, llenando las terrazas y volviendo por fin a disfrutar de la música en los conciertos (los festivales de momento tendrán que esperar). 'The show must go on', que decía Queen y es verdad, al final necesitamos que la vida siga, aunque para ello tengamos que aprender a comportarnos de forma diferente llevando la mascarilla siempre, manteniendo la distancia de seguridad y olvidándonos de los abrazos en los conciertos hasta nueva orden para evitar contagios. Pero mejor eso que nada, ¿no?

En el caso de los conciertos, las cosas ahora mismo son bien diferentes. Anoche por ejemplo, en el concierto de 'Sidonie' dentro del concierto Vibra Mahou en Abre Madrid, para poder entrar la mascarilla era obligatoria, te medían la temperatura corporal al entrar y, además, mientras el acomodador te acompañaba hasta la mesa también explicaba las nuevas 'normas del juego' que hay que cumplir: para pedir algo había que hacerlo desde la mesa y con un QR y luego un camarero te lo llevaba a la mesa, te podías quitar la mascarilla ya sentado pero, para ir al baño, había que ponérsela de nuevo y estaba prohibido levantarse para bailar (al tercer toque, te podían echar a la calle), entre otras cosas. ¿Son los nuevos conciertos el paraíso para todos aquellos que prefieren disfrutar de la música "modo señor/a"? Pues sí, eso parece.

En mi opinión, y aunque los conciertos no se vivan igual que antes, mejor eso que nada. Y parece que eso mismo han debido pensar algunos artistas como 'Sidonie', que han decidido volver a los escenarios acatando las nuevas normas (y también tocando en aforos bastante más reducidos a los habituales). El grupo catalán volvió ayer a la capital para seguir haciendo lo que mejor saben a pesar de todo: hacer feliz a la gente con su show y sus canciones.

Marc Ros (voz), Jesús Senra (bajo) y Axel Pi (batería) volvían ayer a Madrid un poquito emocionados después de arrancar nueva gira en Fuengirola, llenitos de ganas y con la ilusión intacta de la 'vieja normalidad'; esa en la que Marc se subía a hombros de algún compañero para cantar 'Un día de mierda' atravesando de un lado a otro a todo el público, o cuando hacían saltar a todo el mundo con 'Estáis aquí'. ¡Qué tiempos! (perdonad que me ponga nostálgica, es que soy millennial y ya sabéis).

Y sí, por supuesto que esas canciones también sonaron. Faltaría más, y también 'El incendio', 'Nuestro baile del viernes', 'Fascinado', 'Costa azul', 'Por ti', 'No sé dibujar un perro', 'El peor grupo del mundo', 'Siglo XX', 'El bosque', 'Un día más', 'Carreteras infinitas' o 'Maravilloso'. Todos los temazos nos los bailamos (sentados).

Sorprendentemente, y aunque podría parecer que la nueva normalidad de los conciertos pone más límites que otra cosa, ayer también hubo hueco para las primeras veces: disfrutamos de 'Me llamo Abba', su último single que en directo suena increíblemente bien, y Senra y Marc nos dejaron con la boca abierta con sus nuevos looks. Mientras que el primero lució unos rizos que desconocíamos que tenía, el cantante se quitaba la espinita de calzándose unas bermudas al más puro estilo Angus Young (AC/DC) o Mick Jagger (The Rolling Stones).

A ver, tampoco os voy a engañar: no bailar ayer se convirtió en una penitencia para muchos de nosotros ayer, y más con un grupo como 'Sidonie', que casi siempre son el alma de los festivales y con los que es muy difícil no darlo todo siempre aunque "hayas tenido un día de mierda". Pero bueno, también ha sido reconfortante volver a verlos (aunque sea con el culo pegado a la silla), reírnos mucho (después de verse "el cartón" por la pantalla, Marc bromeó con que se acaba el concierto) y celebrar con ellos nuevamente la amistad. La de los que estábamos allí y la suya: da gusto siempre oír cómo se dedican palabras bonitas entre ellos, cómo se mandan mensajes de amor, cómo se tocan y besan. ¡Qué importante ha sido siempre que visibilicen sobre el escenario esta masculinidad "tan centennial" que es la que nos gusta!

Vaya viajazo hasta la vieja normalidad <3.