La producción de Netflix, "Machos Alfa" ha abierto el melón de un tema que nunca antes se había puesto en la pantalla chica con tal crudeza, fusionada con la comedia. Lo cierto es que la serie que fue estrenada a finales de 2022, ha generado un debate entre sus videntes, algunos indignados, otros más empáticos con la temática, pero pese a que tenga ciertos errores y aciertos en la forma de contar las cosas, el núcleo del mensaje es el cuestionamiento de la masculinidad tóxica, algo que ha hecho repensar a muchas personas.
"Se trata de una serie de entretenimiento, algo que no podemos perder de vista, pero aunque puede tener aciertos y desaciertos, sí me parece interesante que pueda servir para, como mínimo, pensar unas masculinidades que antes se pensaban como intocables", opina la Dra. Begonya Enguix, profesora de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC (Universidad Oberta de Catalunya) y directora del programa del grado de Antropología y Evolución Humana (interuniversitario: URV, UOC) y añade: "Es relevante que se ponga de manifiesto que puede pensarse sobre la masculinidad, que no existe naturalmente ni es algo que deba darse por sentado, sino que existe con unas características dadas en un contexto particular, marcadas por unas relaciones particulares con los demás y unos intereses, y que conlleva privilegios, derechos y exclusiones. Se promueve una reflexión que mucha gente, sencillamente, no ha hecho porque ha considerado que el orden tradicional de género es el estado "natural" de las cosas", señala.
La serie plantea a un grupo de cuatro amigos "en crisis" y perdidos sobre cómo actuar en un mundo en donde la masculinidad se ve cada vez más amenazada por una igualdad que pisa cada más fuerte. Es por ello que, a través de un curso de "deconstrucción de la masculinidad", intentan fusionarse a este contexto en el que les tocó vivir pero, con mucha resistencia ya que intentan luchar junto con los aprendizajes tradicionales intrínsecos y que vienen "mamando" desde hace años. Este desafío resulta ser más "cuesta arriba" para algunos de los personajes, más que para otros.
Como predica la frase "el pez no sabe lo que es el agua", la exageración de los personajes llevados a ciertos aspectos extremos dentro la masculinidad tradicional, hacen que se visibilicen actitudes o pensamientos que quizás muchas personas tienen en su día a día, pero debido a su "naturalización" son invisibles. Al ponerlos en evidencia, muchas personas se han pronunciado reflexionando sobre este tópico, sobre todo en las redes sociales.
Según un estudio publicado por la Fundación Fad Juventud el pasado mes de noviembre, se desvelada que el 41% de los hombres entre 15 y 29 años que viven en España no se identifican con los valores de la masculinidad tradicional, y este dato es un gran reflejo de que cada vez más se está virando hacia un modelo social más igualitario y libre de estructuras.
En el estudio también se hace hincapié en cómo creen que los hombres son percibidos por la sociedad y cómo se ven en realidad a ellos mismos. En este sentido, en el primer punto, ellos creen que la sociedad los ve "agresivos" (41,3 %), "trabajadores" (37,5 %), "líderes, resolutivos" (35 %) e "inmaduros" (31,9 %), mientras que ellos se perciben como "trabajadores" (50,6 %), "responsables" (44,2 %), "sensibles, tiernos" (36,2 %), "empáticos" (35 %) e "independientes" (34,7 %), destacando que el lado sensible también está en ellos.
Según explica Enguix sobre esta realidad, pese a que se tiene una idea general sobre lo que "es ser hombre", la experta defiende que las masculinidades son híbridas y no es necesario llevarlo a un totalidad o a una polarización. "Todo el mundo es híbrido. La experiencia, las prácticas, el estar vivo lleva consigo ser híbrido. ¿Quién no tiene pensamientos contradictorios sobre las cosas?" pregunta y ejemplifica "La masculinidad heterosexual ha sido durante muchos años la masculinidad socialmente aceptada y legitimada, y la homosexual ha estado subordinada a ella. Pero el hecho de que la masculinidad homosexual esté subordinada en este contexto no quiere decir que no pueda ser hegemónica, por ejemplo, en sus relaciones con las mujeres", planteó la profesional de la UOC.
Uno de los aciertos que Enguix destaca de la serie es el marcar todo el tiempo el uso del lenguaje. Uno de los personajes, llamado "Santi" en gran parte de los capítulos se dedica a bajar línea a sus amigos sobre expresiones que no deben usar tales como "es un coñazo" y más comentarios cosificadores, homófobos, patriarcales que hacen diariamente. "El lenguaje es muy importante para definir el mundo en el que vivimos", señala Enguix. "Por lo tanto, me parece que apuntar al lenguaje como una práctica cotidiana que tiene unos efectos de los que muchas veces no somos conscientes, es muy interesante".
Para concluir, Enguix resalta la reflexión final que hace uno de los personajes principales de esta serie como prueba de autoevaluación: "El hombre patriarcal es un hombre enfermo. De pequeños, nos amputaron nuestra feminidad, porque la primera obligación de un hombre era no ser una mujer. Pero abdicar de nuestros privilegios, renunciar a la ambición o la agresividad, reconocer nuestra vulnerabilidad, saber perdonar, consagrarnos al cuidado de nuestros hijos o a las tareas domésticas no nos hace menos hombres. El ideal masculino hegemónico, obsesionado con el éxito, el poder y la fuerza, es agotador", dice el personaje.