El fin de semana pasado, Benidorm celebró un año más su gran festival de la canción y Blanca Paloma fue la elegida para representar a España en la próxima edición de Eurovisión. La final del Benidorm Fest fue una auténtica lucha de titanes y todos, los ocho finalistas, lo dieron todo sobre el escenario para defender su canción. Alice Wonder partía como una de las favoritas pero, los nervios, de los que habla en la carta de despedida que le ha escrito al festival, le jugaron una mala pasada, al menos, en la primera ronda.

Su balada, 'Yo quisiera' (que acompañó tocando el piano en directo, una "locura, según su amigo Rayden), no superó el éxito de la yaya Carmen y Alice quedó en un quinto puesto, con 89 puntos, por debajo de la ganadora, Agoney, Vicco y Megara. El canario aceptó muy bien su segundo puesto y anunció que 'Quiero arder' no ha terminado, sino que es el principio de su nuevo disco.

Ahora que todo ha terminado (al menos, hasta el año que viene) Alice ha hecho una reflexión en su Instagram, no solo de su paso por el certamen, sino de sus días en la ciudad costera, a la que todos los eurovisivos le han cogido un gran cariño:

"De Benidorm me llevo a Antonio, el cocinero del 'Don Pancho' que nos preparó a Gómez, Bloodstain, Hugo y a mí un brebaje de su abuela con cebolla, miel para curar la voz. La voz, que son los nervios. Los nervios, que son el juego, el reto, la aventura. La aventura, que es necesaria, llamativa, honda y burda. Las voces, que alrededor de tus oídos se autogestionan para ir aumentando en cantidad, personalidad y, sobre todo, volumen. Combatir el volumen del ruido en momentos tan extraños es lo más complicado, diría yo", ha dicho, reflexiva.

Pero, además del aprendizaje personal y profesional, Alicia también ha disfrutado mucho de la mítica ciudad, destino del imserso: "De Benidorm, me quedo con los abuelos y abuelas que conocí en el paseo".