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Un chico trans reflexiona sobre el privilegio masculino: "Se acabó el vivir en constante angustia y miedo en la calle"

  • Hablamos con Mauro Alessandri, un chico trans mexicano que ha contado en Twitter cómo ha cambiado su vida desde que inició su transición

  • Según sus palabras, el privilegio masculino le permite vivir sin miedo y sin sufrir acoso

El 8M del 2021 será recordado como uno de los más difíciles de los últimos años. Después de varios años en los que las mujeres salían a las calles para mostrar su fuerza y reivindicar sus derechos unidas, a causa de la pandemia de coronavirus este año la cosa ha sido muy diferente. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, se prohibieron las manifestaciones, por lo que los gritos, las pancartas y protestas se trasladaron, en su mayoría, a las redes sociales.

Fue en Twitter, precisamente, donde Mauro Alessandri, un chico trans mexicano, escribió un hilo para reflexionar sobre su experiencia con el privilegio masculino que se volvió viral, habiendo sido compartido ya más de 2.500 veces. En él cuenta cómo cuando era pequeño, y era percibido socialmente como una niña, vivió ciertas situaciones como acoso o miedo a ir por la calle, pero al comenzar su transición y desarrollar características masculinas, hubo ciertas cosas que cambiaron: "mirar hacia atrás y ver la diferencia ABISMAL de vivir en constante angustia y miedo en la escuela, calle, fiestas o yendo a casa...", escribe, "hoy ya no pasa más".

En su hilo viral, Mauro, actor y activista LGTBI, recuerda experiencias muy dolorosas como haber vivido acoso sexual por parte de un familiar: "le gustaba saludarme con nalgadas y beso en la mejilla, y una ocasión lamió mi cuello. Tenía 14 años"; o acoso callejero: "un tipo pidiéndome instrucciones desde su auto para llegar a una dirección. Me pidió que me acercara y le dibujara un croquis para llegar y mientras lo dibujaba, se empezó a masturbar frente a mí".

"Conozco las dos caras de la moneda, y saber que hoy ya no vivo ese miedo y angustia, es agridulce", escribía el joven, que inició su transición a los 19 años. "Saber que esta lucha ya no me pertenece gracias a los privilegios que tengo y que ni siquiera deberían ser privilegios porque son DERECHOS, me emperra", concluye el hilo, refiriéndose a la lucha feminista, ya que este hilo fue escrito la noche del 8 al 9 de marzo.

"He vivido experiencias que han creado hilos que me unen lo suficiente al movimiento para considerarme un aliado, pues siento empatía por todas las causas de lucha", matiza para Yasss. "No es un movimiento que me toca protagonizar. Las apoyo desde mi trinchera, usando mi privilegio como hombre trans con cis-passing, que me ha permitido acercarme a otros hombres y crear conciencia en ellxs para erradicar conductas masculinas tóxicas y dañinas para ellos mismos, las mujeres y la sociedad".

En México aún no se considera un feminicidio asesinar a una mujer trans

Además, Mauro ha querido explicar el contexto de las personas trans en su país: "acá en México y américa latina, la esperanza de vida de una persona trans es de 36 años. Es terrible que los asesinatos y agresiones contra personas trans aún no cuenten con implementación de medidas en un ámbito público, que garanticen la vida, seguridad e integridad de nuestra comunidad. Vaya, en México aún no se considera un feminicidio asesinar a una mujer trans, lo cual manda un mensaje violento donde no se respetan nuestras identidades ni siquiera en nuestra muerte".

En cuanto a la situación de los hombres trans, Mauro nos explica: "se escucha más de violencia hacia mujeres trans que a hombres trans, pero no por eso, hay que borrarnos del mapa. Cada parte sufre a su manera, y tiene necesidades que deberían ser atendidas por las autoridades. Empezando por el respeto a nuestra vida y derechos", concluye.

La experiencia de Ethan

"Se nota mucho más respeto social", nos cuenta también Ethan Alcaraz, actor, modelo y activista trans español. "En el momento que, tras comenzar la transición, aparecieron en mí los atributos masculinos yo sí noté que la gente me respetaba más. Noto que la gente me tiene más en cuenta, por ejemplo en una reunión, mi voz se pone por encima de la de muchas mujeres aunque yo no quiera". Además, él señala un punto muy interesante, y es que ha sentido ser percibido como una amenaza para otras mujeres: "Yo que voy al gimnasio y estoy un poco fuerte... hay chicas que me encuentran amenazante". Se refiere a rasgos asociados al rol masculino, como los músculos, la barba o la voz grave: "es complicado, porque no quieres formar parte de esa lacra que no es nada positiva pero al mismo tiempo te gusta que te incluyan".

Este tipo de experiencias suele ser común a los hombres trans, que a veces exageran los rasgos masculinos porque tienen que demostrar "ser más hombre" al mismo tiempo que disfrutan de otras cosas totalmente contrarias a la masculinidad tóxica y son señalados por ello: "por ejemplo, el otro día tomándome algo me bebí una copa con ginebra rosa, y ya me dijeron "eso es de niñas", es una gilipollez, pero esos prejuicios están ahí".

¿Qué es el privilegio masculino?

Conviene recordar que la lucha feminista no está en contra de los hombres, sino de las actitudes machistas y de los privilegios masculinos. La sociología describe este privilegio como las ventajas en distintos ámbitos como el social, el económico o el político que tienen algunos hombres. Estas ventajas serán más notables cuanto más se ajuste ese hombre particular a la imagen ideal de la norma masculina hetero-patriarcal. Es decir, que cuanto más cumpla un hombre con este canon social (por ejemplo, que sea alto, tenga pelazo y masa muscular) mejor aceptado será y más disfrutará de ese privilegio del que, en ocasiones, no se es consciente. Porque no se lo ha ganado, simplemente lo tiene.

De hecho, hay muchos hombres que también experimentan el machismo, ya que no se ajustan a la imagen ideal de hombre que hay en nuestra cultura. Hombres bajitos, hombres gordos, u hombres LGTBI sufren también la opresión machista por no ser "tan hombres" como deberían.

Un ejemplo de privilegio masculino: en una entrega de premios a actores y actrices, a los hombres se les pregunta por su trabajo (¿Cómo fue el rodaje? ¿Te costó mucho crear el personaje?); mientras que a las mujeres se les pregunta por su vestido o sus joyas. Otro ejemplo más cercano a nuestro día a día: si un chico socialmente aceptado como guapo intenta ligar con una persona que no conoce de nada puede que tenga más probabilidades de ser escuchado y de que le sigan el rollo que si un chico socialmente leído como feo se acerca con intenciones de ligoteo a esa misma persona. El guapo puede ser "simpático" y el feo "un pesado". Y otro más indignante: que se respete más una figura de autoridad (por ejemplo, el jefe de una empresa) si es hombre que si es mujer, porque aún no estamos acostumbrados a ver mujeres en puestos de mando o porque hay hombres que aún piensan que "a ellos no les manda una mujer".

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