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El aplaudido gesto de un profe que puso una cuna en clase para que una estudiante pudiera llevar a su bebé

  • Karen estaba estudiando el posgrado en biología, pero durante la pandemia tuvo una hija que tiene 9 meses

  • A esta madre primeriza le era imposible económicamente hablando contratar a alguien que se hiciese cargo del bebé

  • Su profesor tuvo la genial idea de colocar una cuna en el laboratorio para que Karen no tuviera que dejar sus estudios

Conciliar la maternidad con los estudios no es en absoluto una tarea sencilla. Las madres que estudian mientras intentan criar y cuidar de sus hijos no siempre disponen de los recursos necesarios para hacer que esto sea más sencillo y precisamente eso es lo que le ha ocurrido a Karen Cunninghan, una alumna del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Karen está escribiendo su tesis para conseguir el posgrado en biología, pero durante la pandemia tuvo una hija, y cuando tuvo que volver a la universidad, al principio, no sabía muy bien qué hacer con ella, ya que no tenía a nadie que se pudiera hacer cargo de la niña cuando ella estuviera fuera, no tenía dinero para pagar a una cuidadora y su marido tenía que hacerse cargo de otros trabajos.

Así que, con esta situación en casa, a Karen no le quedaba otra opción que llevarse a su hija a la universidad y fue precisamente su profesor el que le propuso una solución: que se llevara a la niña al despacho y allí tendría su propia cuna de viaje para que el bebé de 9 meses pueda estar tranquila mientras su madre trabaja e investiga.

Una historia viral

Fue el profesor de Karen, Troy Littleton, el que compartió lo ocurrido a través de Twitter en un tuit que se volvió viral con más de 9.500 retuits y 118.000 likes: "Mi compra favorita de equipo nuevo para el laboratorio: una cuna de viaje para llevar a mi oficina para que mi estudiante graduada pueda llevar a su pequeña de 9 meses al trabajo cuando sea necesario y yo pueda jugar con ella mientras su mamá hace un poco de trabajo. ¡Ganar-ganar!", escribía Littleton junto a la fotografía de la cuna colocada en el despacho.

"Tener que tomar esa decisión hace que muchas mujeres abandonen la ciencia", dijo el profesor al Washington Post. Y es que en muchas ocasiones hay mujeres que se ven obligadas a dejar de lado el trabajo para ser madres, una decisión personal que no debería condicionar el futuro profesional de ninguna mujer.

Karen quería seguir con su posgrado, pero pensaba que debido a su maternidad esto le iba a costar mucho más, lo que no sabía es que su profesor le iba a ofrecer tantísimas facilidades: "Cuando tenemos nuevos padres o madres en el laboratorio, generalmente tenemos un baby shower y todos colaboran con un regalo. No pudimos con Karen debido a la pandemia, pero todos estuvimos de acuerdo en que una cuna portátil sería el regalo perfecto", explicó el profesor en la entrevista.

Karen es una superheroína

Para Littleton, la que se merece todos los aplausos y comentarios de apoyo y ánimo en redes sociales es Karen. Ella es la verdadera superheroína en esta historia: "Desearía que la gente pudiera ver al verdadero héroe aquí. Es la mamá estudiante de posgrado, no yo. Es increíble hacer todo lo que tiene que hacer con su hija y aún así continuar con la investigación de su proyecto de tesis", escribió Littleton en Twitter.

Y es que de esta manera han salido todos ganando, ya que gracias a la genial ideal del profesor de colocar una cuna en el despacho, Karen ha podido seguir con su tesis sin problema y él ha podido "jugar con Katie, la pequeña hija de mi estudiante graduada Karen. ¡Qué delicia!".

Ser madre joven puede ser muy complicado

Según la OMS, cerca de 16 millones de chicas de 15 a 19 años y aproximadamente un millón de niñas menores de 15 años da a luz cada año en el mundo. Los embarazos en la adolescencia son una realidad y no tener el apoyo de tu entorno en esa situación hace que sobrellevarla sea todavía más complicado.

Este fue, por ejemplo, el caso de Génesis, una chica que se quedó embarazada con 16 años. "Mis padres me apoyaron gradualmente", confiesa. La madre de Génesis, que ya sospechaba que algo sucedía, no aceptó muy bien la noticia. "Mi madre me decía que no era el momento para tenerlo. Yo estaba triste, pero también emocionada al pensar que había una vida dentro de mí". Con su padre no fue diferente. "Mi padre ese día salió de casa y no volvió hasta por la noche. No me quería ni mirar a la cara".