En los últimos meses hemos empezado a escuchar hablar de la anosmia con mucha más frecuencia que antes de la pandemia. Seguramente si en marzo nos hubiésemos preguntado por el significado de esta palabra, muy pocos habríamos sabido responder correctamente.
Y es que la pérdida del olfato, al igual que la del gusto, pueden ser unas de las primeras manifestaciones del coronavirus; pero este no es el único motivo por el cual pueden perderse estos sentidos durante algunos meses o incluso toda la vida.
Este es el caso, por ejemplo, de Marta Bustos, una joven barcelonesa que tuvo un accidente doméstico con sosa caústica en julio de 2020. A sus 24 años Marta era una gran aficionada a la cosmética artesanal que hacía ella misma en su casa hasta que un día un accidente hizo que le explotara en la cara una mezcla de sosa cáustica, aceite y agua que preparaba para la elaboración de jabones y cremas artesanales.
Este fatídico accidente le ocasionó numerosas quemaduras en la cara, le destrozó las córneas e hizo que, además de la vista, perdiese "el gusto y el olfato durante más o menos dos meses".
Esta sensación de no saborear ni oler nada es la que está viviendo mucha gente que se ha contagiado de coronavirus, también una de las personas más allegadas a Marta; y es precisamente por esto que la joven ha querido compartir con sus seguidores a través de Instagram cómo fueron sus meses durante los cuales no podía oler ni saborear nada.
"Recientemente una de mis personas más allegadas ha cogido el covid. Aunque gracias a Dios no está siendo grave, ha tenido la ya clásica pérdida de olfato y gusto. Esto me hace pensar en el accidente, ya que también perdí el gusto y el olfato", empieza escribiendo Marta en su último post de Instagram, una red social a través de la cual ha ido compartiendo algunos detalles de su recuperación tras el accidente y en la cual tiene ya más de 78.000 seguidores.
Lo más llamativo de su accidente, puesto que fue lo que más se viralizó, es que perdió los ojos porque se quemó las córneas, pero esto no fue lo único, ya que también se quemó la boca y la nariz: "Existía el riesgo de que las quemaduras obstruyesen las fosas nasales teniendo futuros problemas al respirar".
Para solucionar este problema, lo que le realizaron fueron dos desbridamientos, "básicamente es como si cogieran una cuchilla y te limaran las paredes internas de la nariz para que sane de la manera correcta. Probablemente muchas estrellas de rock de los 80 sepan de lo que hablo", escribe para quitarle un poco de hierro al asunto.
Cuando la operaron, Marta no sabía si podría volver a oler alguna vez en su vida, "por eso cuando al final resultaron ser 'solo' dos meses los que no saboreé nada ni olí la piel de mi pareja, no me pareció tanto tiempo", explica en este post.
Fue gracias al pedo que se tiró su gato Rhett como se dio cuenta de que por fin había recuperado el olfato, "y me emocioné tanto que me puse a llorar".
Con este post, Marta ha querido enviar un mensaje a todo el mundo que esté pasando por alguna situación similar a la suya o a la de la persona allegada a ella que se ha contagiado: "Muchos ánimos a todos con vuestras propias luchas; a los que tengáis algún ser querido enfermo de gravedad; y hoy sobre todo a los que hayáis perdido el olfato", y brindar por la salud.