Habrás escuchado mil veces la cantinela de que las redes sociales son más malas que Daenerys en la última temporada de 'Juego de Tronos', y otras mil veces más lo magníficas que son si se sabe sacarles partido. En este debate todo el mundo tiene razón: porque, del mismo modo que estas plataformas que nos conectan a todos a través de internet nos permiten experimentar un montón de cosas buenas, tenemos que reconocer que también nos han dado algún que otro quebradero de cabeza. Porque las redes sociales no son más que una herramienta, y al final, lo que hacemos con ellas, tiene mucho más que ver con cómo somos nosotros que con el peligro nato que muchos achacan a las redes sociales. Inma Franco, youtuber y tiktoker de Badajoz, es el último ejemplo de lo buenas y malas que pueden ser, a la vez, este tipo de aplicaciones.
Tiene 20 años y lleva más de cuatro años, con sus idas y venidas, siendo muy activa en internet. "Desde hace casi un año me lo empecé a tomar un poco más serio, aunque en TikTok llevo unos tres años, desde que la aplicación empezó con Musicaly", nos cuenta a Yasss. "Lo que más me gusta de las redes es que me han dado la oportunidad de conocer a un montón de personas con las que comparto gustos. Lo que menos, la gente que se piensa que por dedicarte a las redes ya tienen el derecho de criticarte de manera destructiva".
El pasado domingo Inma dedicó unas palabras de agradecimiento a todas las personas que habían compartido el vídeo, originalmente publicado en TikTok, en el que explicaba la pregunta a la que se tiene que enfrentar siempre que hace algo en redes sociales: ¿qué te pasa en la cara?
"Es la segunda y última vez que respondo a esta pregunta", comenzaba diciendo Inma, "y en cada vídeo sale esta pregunta". La tiktoker decidió explicar qué le pasaba de una manera muy sincera que impactó en las redes sociales: "He pasado por muchas operaciones, porque a los siete meses se cerró un hueso de la fontanela que se tendría que haber cerrado al año y mi pronóstico de vida era o me operaba o mi cerebro crecería pero mi cabeza no, por lo que me convertiría en un vegetal", explica. "Mis padres, con todo el dolor del mundo decidieron operarme y a consecuencia de esa operación la frente se metió para adentro, el ojo se bajó unos centímetros, el tabique de la nariz se quedó torcido y he seguido pasando por muchas operaciones para corregir todos esos defectos".
Al final del vídeo, Inma no puede contener las lágrimas al confesar que le duele que se rían de ella por su aspecto, "y que a día de hoy te mires al espejo y no sepas aceptarte por cómo eres, y que la gente siga preguntando esto, porque esta pregunta me molesta. Yo creo verme mejor y luego a lo mejor no, y no sabéis lo que me odio a mí misma por eso".
¿Cómo puede ser que una persona llegue a odiarse a sí misma y a decirlo en redes sociales con tanta naturalidad? No es la primera vez que vemos algo así, hace unas semanas otra chica reconocía en un vídeo de TikTok no ser linda solo porque estaba gorda. "Yo subí ese vídeo un día en el que me sentía mal, y lo subí para desahogarme, y no me esperaba que llegase a tener tanta repercusión positiva".
"Yo hice este vídeo sin intención de que lo fuera a ver tanta gente, y cuando me empezaron a decir que se había publicado también en Twitter me quedé alucinando por el boom que ha tenido". Me explica Inma. Y es que fueron muchos los usuarios que, después de ver cómo se sinceraba, quisieron darle una muestra de apoyo a través de las redes sociales.
Ella no puede más que estar agradecida por todos los mensajes que le han llegado en las últimas horas.
"Yo siempre he sido juzgada por mi físico, de hecho, entré en el mundo de YouTube para intentar conocerme a mí misma. Me ha llevado mucho tiempo aceptar que todos somos perfectos con nuestras imperfecciones, aunque hay días en los que lo vemos todo negro y cualquier tontería nos afecta muchísimo", termina diciendo Inma.