Las mujeres tenemos que soportar comentarios machistas cuando andamos por la calle, vamos al gimnasio, en conciertos, etc. Por desgracia, la sociedad sigue estando repleta de machismo y prueba de ello es lo que le ha ocurrido a la divulgadora científica Gemma del Caño en las últimas horas. Ha sido la propia tecnóloga de los alimentos, conocida por compartir su conocimiento sobre seguridad alimentaria en Twitter y en los medios de comunicación, quien lo ha contado a través de esta red social.
Gemma ha publicado un hilo en Twitter en el que ha relatado qué fue lo que le ocurrió este lunes 9 de mayo en el bar al que fue a desayunar tras hacerse un reconocimiento médico: "Volvía del reconocimiento médico y he entrado donde más cerca me pillaba. Había unos señores en la puerta con el típico 'sol y sombra' pero eh, qué hay de malo en eso", comienza diciendo en un primer tuit tras asegurar que esa mañana se equivocó de bar.
Ya con su desayuno, "un café y una tostada", del Caño decide salir a la terraza para comérselo: "Sola en terraza, señores en la puerta". Todo parecía ir normal, hasta que escuchó los comentarios que estos hombres estaban haciendo sobre ella.
Empezó a escuchar Gemma que esos hombres estaban hablando de ella: "Empiezan con comentarios jocosos, se ríen, siguen. Un señor les dice 'dejad en paz a la muchacha'. Se ha puesto ahí para que la miremos".
Ese comentario incomodó muchísimo a la divulgadora científica, que "ni siquiera había sido consciente de dónde me había sentado". Acto seguido, lo que hizo fue mirar hacia abajo y revisar si "tengo algún botón desabrochado, si se me ha subido la falda o cualquier cosa para que alguien piense: 'Se ha puesto ahí para que la miremos'".
Esta situación empeoró todavía más cuando Gemma le dio un mordisco a la tostada y escuchó como estos señores le preguntaron: "¿Lo comes todo igual?". Tras escuchar ese comentario, decidió que no podía aguantar más en la terraza, dejarlo todo e irse, pero para entrar a pagar tenía que "pasar por delante de ellos. Miro al suelo, entro lo más rápido que puedo".
Salió del bar y siguió escuchando "comentarios a lo lejos. Subo al coche y se me desborda la rabia". A pesar de su edad, "40 palos", esta situación ha incomodado muchísimo a Gemma, que ha recordado a "las crías del vídeo de la feria de Jerez" y pensado en cómo se debieron sentir ellas: "Mira, me llevan los demonios”.