El pasado 1 de septiembre, los 336 pasajeros del Airbus A350 de Delta Airlines, que iba de Atlanta a Barcelona, tuvieron que dar la vuelta en pleno viaje por un accidente de "riesgo biológico". Uno de los viajeros sufrió un ataque de diarrea que comenzó a esparcirse por todo el avión y la tripulación decidió regresar al punto de partida tras solamente dos horas de vuelo.
La prensa norteamericana describió la situación del pasajero como "diarrea explosiva" y describen que no pudo llegar a los baños del avión. Gracias a ello, el piloto avisó a la torre de control describiendo la situación del pasajero y pidió permiso para volver a aterrizar en Atlanta.
A raíz de ello la noticia ha circulado por todo el globo y han salido a la luz las imágenes de cómo quedó la "escena del crimen" luego de que los pasajeros tuvieran que desembarcar la aeronave por la situación.
En las imágenes que se han vuelto virales es posible ver cómo la tripulación trató de cubrir y limpiar el suelo con heces con papel y toallitas húmedas, pero es inminente que el problema sobrepasó la situación y era necesario volver. Al llegar Atlanta nuevamente se pudo saber que se estuvo desinfectando el avión durante horas y pese a que el vuelo se retrasó más de ocho horas, los pasajeros finalmente llegaron a destino.