Que las aplicaciones para ligar permiten conocer a muchas más personas de las que cualquiera podría cruzarse en su vida no virtual es un hecho. Que muchas veces las carga el diablo, también. El hecho de tener citas o charlas con gente a la que se conoce poco, o de la que no se tienen referencias vía amigos, trabajo o aficiones, puede dar lugar a situaciones peculiares y anécdotas varias. Es lo que le ha ocurrido a un tiktoker recientemente, que ha narrado en un vídeo el inesperado desenlace de lo que comenzó con un par de mensajes a través de Grindr, la app dirigida a hombres homosexuales.
Apps como Tinder o Grindr generan un verdadero universo propio que difiere mucho del habitual ligoteo en la vida real. Tienen, lógicamente, códigos, normas no escritas y dinámicas propias que, en ocasiones, acaban provocando situaciones inesperadas. Es lo que le ha ocurrido a un tiktoker, @kingbruu, que ha relatado su experiencia grabándose en un vídeo que se ha hecho viral. "¿A quién se le ocurre acoger a un chico para que duerma en casa sin conocerlo de nada, habiendo intercambiado cuatro frases por una aplicación de ligar? Puede ser que a mí. Spoiler: no sale bien", ha resumido para empezar.
Bruno, su nombre real, ha comentado que, mientras estaba en clase, comenzó a hablarle un chico que le contó que había venido a Madrid a hacer un examen. A las "cuatro palabras", le comentó que no tenía sitio para dormir, pero tras intercambiarse las cuentas de Instagram, le pareció “normal, así que creyó que podía ser buena idea hacer una obra caritativa "y si el chico es mono y pasamos una noche estupenda, pues eso que te llevas", pensó para sí.
Su cita acabó apareciendo directamente en su casa, pese a que en un principio iban a tomar algo antes. El primer contacto fue amable y, una vez, en el piso de Bruno, comenzó a contarle su vida y milagros, sin preguntarle nada. El tiktoker le dio informaciones confusas con respecto al alojamiento que no tenía y, a las once de la noche, Bruno le comentó que estaba un poco incómodo, a lo que su cita le contestó que podía dormir en el suelo, ya que su albergue estaba en Atocha, lejos de su casa, y hacía frío.
"Me supo mal y le acogí. A veces soy un poquito tonto", reconoce Bruno. Le advirtió de que su cama medía 1,35 metros, que la manta era muy justa era para dos personas, y que solo tenía una manta. “Me dijo 'No te preocupes', se tumbó, me cogió la almohada y me robó la manta. Y yo ‘hoy no pego ojo’”, pensó entonces. Además, su cita se puso a fumar en su habitación tras haberle dicho que no fumaba y haberle pedido Bruno que lo hiciese en el portal. "¿Cómo que no huele? Dos días estuve aireando", ha dicho indignado.
A la mañana siguiente, el tiktoker le preguntó que qué tal había dormido, a lo que el chico le contestó que hubiese descansado mejor en el albergue. "Pues haberte ido, imbécil", ha explotado en TikTok, destacando que ni le dio las gracias al irse. "De las personas más maleducadas que me he encontrado en una app de ligar, y eso que tengo recorrido", ha bromeado. El vídeo lleva más de medio millón de reproducciones, cientos de comentarios y decenas de miles de ‘me gustas’