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Una chica cuenta cómo consiguió salvarse de un taxista que quería violarla en Madrid: "Me tiré del coche en marcha"

  • La joven ha dado su testimonio en el podcast 'Curioso De Todo' sobre lo que ocurrió hace cuatro años

  • Nada más arrancar el taxista se dio cuenta de que no estaba yendo a la dirección que ella le había dicho

  • No le quedó otra opción que tirarse del taxi en marcha sin pensar en las posibles consecuencias de esa acción

A día de hoy, todavía las mujeres, cuando volvemos solas a casa de noche muchas veces lo pasamos terriblemente mal porque no sabemos qué es lo que nos vamos a encontrar. Sentir que alguien te persigue por ir caminando detrás de ti o recibir "piropos" de desconocidos sigue, por desgracia, estando a la orden del día.

Por todas estas situaciones que a menudo vivimos, hay muchas mujeres que tienen miedo a ir caminando solas por la calle cuando el transporte público ha dejado de funcionar por el horario y fue precisamente eso lo que le ocurrió a Graciela, una chica que ha contado uno de los episodios más terribles de su vida en el podcast 'Curioso De Todo' de Edu Sanz Murillo, que también puede verse en YouTube.

En esta entrevista, Graciela ha contado que estuvo a punto de ser violada por un taxista en Madrid: "Estaba trabajando en un restaurante, justo en el momento en el que pasó esta historia trabajaba en Usera y en aquel momento yo vivía sola en el barrio de Chamberí. Entonces, pues siempre me trasladaba en metro al trabajo y en aquel momento no solía hacer muchas noches; siempre trabajaba de mañana. A veces, de vez en cuando, me tocaba un turno de noche por cumplir a algún compañero o lo que fuera e igual pues me cogía un taxi", ha empezado explicando la joven.

No tuvo otra opción que coger un taxi

Aunque Graciela no solía trabajar de noche, una compañera suya se había puesto enferma y fue por eso que ese día cubrió su turno. Cuando terminó de trabajar, el transporte público estaba ya cerrado y decidió coger un taxi. Aunque desde que pasó todo esto ya hace cuatro años, ella no puede aguantar las lágrimas todavía a día de hoy al recordarlo.

"Yo me dirigía hacia el metro con mis compañeras, pero vi que había un taxi en un semáforo que estaba libre", entonces, lo paró, abrió la puerta y se encontró a un "señor muy bizarro de entre 60 y 75 años con un gorro de vaquero, unas gafas de sol, fumando un puro y sonando Isabel Pantoja".

La joven se montó en el coche ya un poco desconfiada y este "arrancó, siendo una situación normal debería ir hacia la izquierda, pues él tiró hacia la derecha". Graciela sabía cómo ir a su casa y fue por eso que avisó al taxista de que se había equivocado, pero él no le hizo caso y le respondió: "Yo ya sé a donde voy".

El taxista se metió a una calle muy oscura que terminaba en unos descampados, Graciela miró a los lados y no vio la licencia, tampoco había encendido el cuentakilómetros: "Todo son señales". "Cuando ya giró hacia la calle que te digo que iba en cuesta hacia la zona de los descampados, ahí le volví a decir de manera más insistente que esa no era la dirección a mi casa y su contestación fue: 'tú te callas que yo te llevaré donde a mí me dé la gana'".

En ese momento, Graciela pensó: "Aquí ha dos opciones, o te hace él algo a ti, o le haces tú algo a él; o sales de aquí". Inmediatamente, miró las cosas que llevaba encima, un paraguas, un bolígrafo y empezó a pensar cómo actuaría. La joven aprovechó que el coche iba subiendo una cuesta no muy rápido, cogió su bolso y saltó del coche: "Me tiré del coche en marcha".

En ese momento, Graciela no pensó en cuáles podrían ser las consecuencias de ese acto: "Él bajó del coche y me dijo: 'Estás puto loca'. Yo creo que él no esperaba esa reacción, que se asustó, cerró la puerta del lado por donde yo me tiré y se marchó corriendo".

Las consecuencias del impacto

Cuando consiguió sentarse en un banco y mirarse las piernas para ver qué le había ocurrido, se dio cuenta de que tenía sangre y la rodilla doblada. Ella tenía que ir al hospital sí o sí, y no conocía a nadie que pudiera acercarla, así que tuvo que coger otro taxi, esta vez a través de una aplicación: "Cuando llegué al hospital, me bajé del coche, habían pasado varios minutos y cada vez tenía más dolor", asegura Graciela.

"Me arrastré como pude al mostrador de urgencias y me sacaron una silla de ruedas", vivió toda esta situación ella sola. Desgraciadamente, se había perforado el pie, cerca del talón, por la parte de dentro, tenía un agujero "y la rodilla pues la tenía torcida". Con las radiografías hechas, vieron que no se había roto nada y en el hall del hospital estaban sus amigas esperándole.

Todo esto, ocurrió en 2018, ella a día de hoy todavía sigue teniendo miedo a la hora de coger un taxi; pero afortunadamente su instinto le salvó la vida.