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Marta Díaz hace un ‘envidiatour’ de su impresionante villa en las islas Maldivas

  • Marta y Sergio Reguillón están de vacaciones en Maldivas

  • Sus seguidores le han pedido a gritos que haga un 'house tour'

  • Su hotel está compuesto de las idílicas chocitas en el mar

Mientras en España nos congelamos de frío, la tiktoker Marta Díaz ha huido de Madrid para pasar sus vacaciones en un lugar bastante más cálido: Las Maldivas. La influencer se encuentra allí con su novio, el futbolista del Atlético de Madrid Sergio Reguillón, y aquello es tan bonito que ha hecho un villatour del hotel en el que se alojan para que todos nos muramos de envidia.

La pareja, a la que tanto vemos en las redes, contrató una de las típicas casitas de la isla que están en medio del mar, literalmente. Son esas chocitas idílicas alzadas sobre el agua cristalina que hacen las delicias de los enamorados y que, gracias a Marta, hemos podido ver por dentro. 

¡Hemos visto pasar un pez por el suelo del salón!

Su envidiatour ha empezado en las pasarelas del exterior y, nada más entrar en la villa, la tiktoker ha pasado a una sala de estar donde había una cristalera en el suelo, ¡y justo hemos podido ver un pez pasando! El color verde del agua, como ella misma dice, “no se puede superar”.

Después, nos ha enseñado el resto de las estancias de la casa: una habitación con cama de matrimonio 2x2, un baño más grande que muchos pisos de alquiler en Madrid (cuando llegaron, la bañera estaba llena de pétalos de rosas), unos ventanales en los que Marta se puede pasar "las horas mirando al horizonte" y lo más bonito de todo: la terraza, donde hemos pillado a Sergio haciendo un facetime metido en la piscina. 

Además de dicha piscina, privada, la terraza de maderita, también en medio del mar, tiene un accesorio que hace que todo sea más paradisíaco: ¡una escalera con la que bajas al mar desde tu propia habitación! Y, como hemos visto, Marta y Sergio ya la han utilizado para bucear. La influencer ha prometido que hará más vídeos sobre lo bien que lo están pasando pero, vamos, que no hace falta...