¿Qué es lo más valioso que tienes? A esta pregunta algunas personas podrían hablar de su inteligencia, de su capacidad de liderazgo, de su sentimiento de responsabilidad o compromiso... Algunos, algo más frívolos, podrían destacar algo de su aspecto físico. Pero la empresaria australiana Stephanie Matto tiene claro que es lo que más vale de ella: el sudor de sus senos.
La mujer, conocida inicialmente por participar en el reality “90 day fiance” - donde varias mujeres viajan al otro lado del mundo para conocer por primera vez a sus prometidos, con quienes habían iniciado relaciones a distancia - decidió aprovechar su popularidad para ganarse la vida a través de las redes sociales y de su propio cuerpo. Comenzó vendiendo sus pedos.
Ya lo contamos en Yasss el pasado mes de diciembre. Por entonces, Matto aseguraba que estaba ganando casi 50.000 dólares (unos 44.000 euros) a la semana vendiendo sus pedos metidos en tarros. “Trabajar en mi propia plataforma para adultos estos últimos meses me ha hecho muy consciente de los diferentes tipos de nichos y mercados que existen”, explicó posteriormente en una entrevista con Buzzfeed.
Sin embargo, todo lo bueno llega a su fin. Tras experimentar fuertes dolores en el pecho, tuvo que echar el freno a su rentable negocio. Los médicos le explicaron que sus síntomas eran causados por la cantidad de gases que tenía en el estómago, producto de su dieta. “Me aconsejaron que cambiara mi dieta y tomara un medicamento supresor de gases, lo que acabó efectivamente con mi negocio”, afirmó.
Pero Stephanie es una mujer con mucha visión de negocio y se preguntó de qué otra manera podría ingresar dinero. Y pasó del estado gaseoso al líquido: se decidió a vender la sudoración de sus senos también en frascos. “Será un verano de chicas calientes y mis pechos están sudando. ¡Así que embotellemos y vendamos!”, dice la mujer de 31 años, en sus redes sociales, para anunciar su nuevo producto.
La influencer asegura que en 15 minutos puede llenar el frasco descansando junto a su piscina en un día soleado. Cada frasco cuesta 500 dólares y la joven asegura que vende unos diez al día. “Me encanta sentarme junto a la piscina y llenar los frascos con el sudor de mis senos. Pero también es un trabajo duro, no se dejen engañar”, ha dicho la mujer a sus fans para poner en valor el líquido preciado.