El sector de la educación también ha sufrido las consecuencias de la crisis del coronavirus. Fueron los primeros en tomar medias, ya que en algunos puntos de la geografía española, como Madrid, se suspendieron las clases presenciales antes de que se decretase el estado de alarma. Durante todo el confinamiento, tanto alumnos como profesores denunciaban la falta de recursos y la incertidumbre de no saber qué pasaría con el fin de curso, con los exámenes o con al EvAU. Ahora que ha empezado el desconfinamiento, esa incertidumbre se mantiene. Algunos centros, como las universidades, quieren recuperar las clases presenciales, pero para ello deben asegurar que no habrá riesgos de contagio en sus estancias.
Mientras que algunas universidades, como las de la Comunidad Valenciana, según informa Las Provincias, ni siquiera confían en que el próximo curso puedan ofrecer clases presenciales, otras, como la Universidad de Sevilla, mantienen su intención de hacer algunos exámenes presenciales.
También en la Universidad Complutense de Madrid se nota la tensión entre los estudiantes, que contaron a Yasss que tienen miedo a volver a las aulas. Gema García, protegida con un nombre ficticio por miedo a las represalias, contaba que si en la Facultad de Medicina hubiera exámenes presenciales "unos 350 alumnos aproximadamente tendrán que examinarse en una misma facultad con baños compartidos". El decano de esta facultad se justificaba diciendo que no hay medios para examinar a tantos alumnos con seguridad durante el proceso.
El hecho de que en España las universidades sean autónomas pone muy difícil establecer unos criterios generales, lo que provoca más incertidumbre y preocupación entre los alumnos. Por eso, cada universidad es libre de elegir cómo se realizarán los exámenes y, en el caso de que sean presenciales, cuáles serán las medidas sanitarias que se llevarán a cabo.
La Universidad de Oviedo publicó el pasado martes un protocolo de seguridad para la vuelta a las aulas que ha llamado mucho la atención. Será obligatorio asistir a la universidad con el pelo recogido, las uñas cortas, sin ningún tipo de complementos como pulseras, anillos o relojes, además de la obligación de llevar mascarillas y guantes en algunas circunstancias.
Además, tal y como informa El Comercio, la institución regulará absolutamente todo: la entrada y salida de alumnos o personal, el uso del ascensor o la desinfección de objetos de uso común como las llaves de las aulas. Proveerá de gel desinfectante, cerrará las fuentes de uso común y colocará mamparas donde sean necesarias. También recomiendan desplazarse a pie, en bici o transporte individual.
"En los hospitales ya es así", explica Dolores Molina Mendoza, farmacéutica en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, "por higiene y para poder usar bien los guantes las uñas tienen que estar cortadas, y el pelo siempre recogido para evitar tocártelo y tocarte la cara. Son medidas de higiene genéricas".