Chanel hizo este sábado historia para España quedando en tercera posición en Eurovisión 2022 con 459 puntos, el mejor resultado para España desde 1995 y con la máxima puntuación que nuestro país ha recibido en más de 50 participaciones.
En una final que Ucrania solventó con facilidad gracias al apoyo del televoto, la cantante española impresionó con una actuación deslumbrante, llena de pasión y entrega. El gran trabajo se vio recompensado con un tercer puesto en el jurado y otro tercero en el televoto. Además, España se quedó a sólo siete puntos de lograr la medalla de plata, que se llevó el británico Sam Ryder tras hacerse con el favor del jurado.
El 'chanelazo' fue real. España triunfó con la mejor actuación de su historia. Chanel barrió con la fuerza huracanada de una reina, con una coreografía imponente y un show de tres minutos que pocas veces se ha visto sobre el escenario de este festival. España no parecía España. Las puestas en escena mediocres, la mala realización, la ineficiente iluminación y las canciones insulsas que se han adueñado de nuestra andadura en los últimos años quedaron totalmente olvidadas por la apuesta más grande y solvente que España nunca se ha atrevido a llevar. Y eso, ya de por sí, fue todo una victoria para Chanel. El Pala Alpitour se vino abajo, con una de las mayores ovaciones que se recuerdan en Eurovisión. Chanel y sus bailarines, visiblemente emocionados, no supieron digerir el exceso de cariño que el público eurofán les brindó como premio por su imponente actuación.
"Hemos dado el show", ha dicho Chanel tras la final. "Lo hemos dado todo. Os lo hemos regalado. Estamos orgullosos porque lo que hemos hecho nos ha salido del corazón. Hemos estado muchos años preparándonos para esto. Hemos representado al mundo de los bailarines y de la música", dijo. La española señaló además, entre lágrimas, que en quien primero ha pensado al bajarse del escenario fue en sus abuelos. "No podemos estar más felices y más orgullosos. Nuestro triunfo era terminar y decir que lo habíamos conseguido. Gracias a todo el mundo por apoyarnos y por enviarnos su amor", añadió.
España disfrutó de su noche más dulce en muchos años en Eurovisión, con un tercer puesto en el jurado que adelantaba el gran resultado que Chanel iba a conseguir al final de la noche. El televoto tampoco decepcionó y los espectadores europeos premiaron la 'ferocidad' de nuestra candidata con otro tercer puesto. Sólo el arrase de Reino Unido en el jurado, donde superó a España por más de cincuenta puntos, nos privó de la segunda plaza en una noche que - como las casas de apuestas ya señalaban - estaba destinada para Ucrania.
La situación bélica en Ucrania tras la invasión rusa desde febrero de este año despertó la solidaridad del público europeo, que dio la mayoría de sus puntos a la banda Kalush Orchestra. Con "Stefania", recibió el récord brutal de 439 puntos por parte del televoto. Los jurados, más discretos, la dejaron en cuarta posición dentro de sus preferencias. Pero el arrase entre público no evitó que Ucrania firme la tercera victoria de su historia tras las de Ruslana en 2004 y Jamala en 2016. Pero la coyuntura política del país, en ambos momentos, era muy diferente a la de ahora.
"Stefania" estaba, en principio, dedicada a la madre de uno de los integrantes del grupo. Sin embargo, la invasión rusa transformó el mensaje de la canción en un homenaje a la 'madre Ucrania'. "Siempre vendré a ti por caminos rotos" es uno de los versos de 'Stefania'. "Tras la guerra, la gente del país ha encontrado nuevos significados a lo que escribí. Les recuerda que también echan de menos a sus madres, o ven a Ucrania como a una madre herida. Gracias a esas nuevas interpretaciones, la canción se ha acercado todavía más al pueblo, así que en Eurovisión defenderemos todas esas otras interpretaciones”, decía el grupo en una entrevista en "El País".
Mezclando elementos tradicionales con el hip-hop y el rap, la puesta en escena en esta gala estuvo trufada también de guiños hacia su país. Al final de la actuación, el cantante Oleg Psiuk pidió apoyo para su país, en plena guerra con Rusia. “Por favor, ayuden a Ucrania. ¡Salvad a Mariúpol! ¡Ayuda a Azovstal ahora mismo!”, ha gritado el cantante.
Da la casualidad que Kalush Orchestra no fueron los seleccionados inicialmente para representar a Ucrania en Eurovisión antes de que estallase la guerra, sino Alina Pash. La artista ganó el Vidbir, la preselección ucraniana, su Benidorm Fest, pero rápidamente se vio envuelta en una polémica, ya que supuestamente había visitado Crimea en 2015, accediendo a la zona desde territorio ruso en pleno conflicto por su adhesión. Una polémica que se fue agrandando hasta el punto de que acabó retirándose de la carrera a Eurovisión.
Tras la polémica de este año, la televisión ucraniana decidió que Kalush Orchestra, segundos clasificados y primeros de la votación popular de la preselección, fuesen los representantes. Desde entonces, a los miembros de la banda no les ha quedado otra que tomar parte activa de la guerra, algo que les ha impedido ensayar juntos hasta su reencuentro hace unas semanas para hacer una pequeña gira europea antes de pisar Turín. Todo esto gracias a un permiso especial que les permitió salir del país que, en principio, está vigente hasta pocos días después del Festival.
El otro gran favorito de la noche, el británico Sam Ryder, consiguió el mejor puesto para su país desde 1997. Un hito teniendo en cuenta que el año pasado su representante se quedó último con cero puntos. La letra cuenta la historia de un astronauta perdido en el espacio y deseando volver a casa, un medio tiempo épico que logró elevarse gracias a la portentosa voz de Sam, sus falsetes y un solo de guitarra que ha convencido a los jurados europeos. Un regreso de Reino Unido a lo más alto de la tabla que sólo el arrase de Ucrania no ha bañado en oro.
La sueca Cornelia Jakobs, otra de las favoritas de la noche, quedó finalmente en cuarto lugar con su "Hold me closer", un medio tiempo desgarrador en la voz penetrante y áspera de una artista sueca que provocó unos impresionantes aplausos en Turín. La serbia Konstrakta, la rara avis de esta edición, se aupó al quinto puesto con una canción que denunciaba el precario sistema sanitario de su país mientras se lava frecuentemente las manos y cantaba algunas frases en latín, algo inédito hasta ahora Eurovisión.
La gran sorpresa de la noche fueron los moldavos Zdob și Zdub and Advahov Brothers, que lograron la séptima posición pero fueron segundos en el televoto gracias a su canción folclórica, algo verbenera pero totalmente fiestera para un grupo que ya había estado previamente en el concurso dos veces. Alemania y Francia, dos de los Big5, se han quedaron en los dos últimos lugares en contraposición al éxito de Reino Unido y España. La anfitriona Italia salvó los muebles con una sexta posición para la íntima actuación de Mahmood y Blanco y la organización de un festival lleno de fallos técnicos, pésima realización y un estrepitoso diseño del escenario que provocará que muchas delegaciones regresen con un sabor amargo de su experiencia en Turín.