Casi todo lo que rodea al mundo del reggaetón es motivo de interés para los valedores de la música urbana. Los fans ansían su carne fresca en forma de dato, de rumor o de pura imaginación arrojada a las aguas de la red. Importan las canciones que sacan sus referentes tanto como los detalles de su vida privada, que a menudo son motivo de salseo y escrutinio. ¿A quién no le gusta saber cuántos aviones privados tiene J Balvin o por qué las joyas extravagantes de Farruco hacen saltar la alarma del arco de metales en los aeropuertos?
Con los romances, tres cuartos de lo mismo. Si hay una relación que ha copado las portadas de los medios digitales en los últimos años es la de Anuel y Karol G, aunque ella ha tenido bastantes romances antes del gran amor de su vida. Incluso cuando dejaron de estudiarse el calendario de vacunación y dieron carpetazo a su romance tuvimos muchos artículos especulando sobre los mensajes secretos que se dejaban en las canciones que sacaron cuando uno estaba lejos de los brazos del otro.
Eso, por mencionar solo algunas de las pistas aleatorias que los seguidorxs de ambos han buscado en sus canciones, ávidos de sangre, rumorología y deseos de que vuelvan. No importa que Anuel esté saliendo con Yailin la más viral y que los fans le afeen que repita regalos que ya tuvo con Karol.
Como la fama tiene las patas cortas, poca gente se acuerda de que la ex de Anuel AA mantuvo una relación anterior con Bull Nene, otro artista de la música urbana. En fin, un reguetonero descabeza a otro, es la selección natural del perreo. Merece la pena extendernos un poco sobre el ex de Karol.
Su nombre es (o fue, para cuando Internet quiere acordarse de él) René Cano, y al igual que Anuel, se dice que fue uno de los grandes amores de la cantante colombiana. Lo que las redes sociales trajeron, las redes sociales se lo quitaron de en medio. Así como los dos hicieron pública su relación a través de Instagram, entre 2017 y 2018, la dieron por terminada con un anuncio parecido en las mismas redes que vieron nacer su amor.
Por lo que la cantante reveló en su momento, nada hubo ahí de celos o de los típicos problemas que acaban lastrando las relaciones de pareja románticas. Simple y pura agenda. "Estábamos dejando muchas oportunidades laborales por buscar de cierta manera cómo estar, cómo vernos, cómo todo. Así que lo más sano era tener un tiempo de enfocarnos". Se deduce de sus palabras que tanto ella como él quisieron priorizar su vida profesional, y a la vista está de que fue una buena decisión.
En cuanto a su ex, algunos datos. Cano es de Colombia, nacido en Antioquía en 1989. De carrera: compositor, si bien con una trayectoria que toca otros palos empresariales del negocio. Se lanzó al mar turbulento de la música en 2010 con el clásico gesto de casi todos los: buscar un nombre con un punto memorable que fuera pegadizo, fácil de repetir y, en este caso, tuviera poco que ver con el que le vio nacer.
Nene (lamentamos que suene a crío de cuatro años) tuvo una primera etapa en la que cantó acompañado de otro reguetonero, Jowan, un buen amigo con el que formó dúo hasta que decidió ir por libre y priorizar su carrera en solitario. Fue en 2012 cuando firmó con Infinity Music para relanzarse como compositor.
Su fichaje por parte de una discográfica de peso le permitió subir de nivel y alcanzar una cierta notoriedad dentro de los ambientes de la música urbana como letrista de éxitos y productor musical. Es muy conocido por haber compuesto temas para otro de sus amigos en la industria, J Balvin. “Ay, vamos”, del que es autor y que Balvin interpretó, fue una de las canciones más exitosas el año de su lanzamiento. En Youtube ha alcanzado ya el billón de visitas. Son suyas las letras de “Sigo extrañándote”, “Yo te lo dije” o “Bobo”.
Si antes decíamos que su vida amorosa ha vivido sus propios giros es porque una carambola del destino le arrojó a los brazos de la hermana de Balvin. Nene comparte un proyecto de vida con Carolina Osorio, a la que Balvin adora. Son felices y esperan un niño. La pareja anunció el sexo del bebé en septiembre de 2020, con una ceremonia estrafalaria en la que un extintor liberaba una nube rosa en una sala atestada de invitados y gente cercana. Suspenso en igualdad de género y en el San Benito de asociar el color rosa a lo femenino, matrícula de honor en felicidad.