Hay ciertos misterios que rodean al reggaetón para los que nuestra comprensión no alcanza. Por ejemplo, Internet y los fans de Rosalía todavía intentan entender si la cantante ha entablado contacto con una raza extraterrestre y por eso sus últimas canciones parecen escritas en un idioma desconocido por hombre, o por qué alguien como Farruko se gastaría miles de dólares en un collar engastado con diamantes con la cara de Predator, en el que es el ejemplo más claro de que el dinero no siempre es sinónimo de buen gusto.
Con Daddy Yankee, para quien el confinamiento fue muy duro, sucede lo mismo. Si por algo se distingue uno de los padres espirituales del género urbano es por no dejar indiferente a nadie con sus rarezas y extravagancias, ya sea por haberse comprado la cadena de oro más cara y pesada del mundo (cuesta imaginar las facturas en el fisioterapeuta para que le arregle las contracturas en el cuello) o por qué se mantiene tan erguido cuando canta. No hay ni rastro de perreo en sus bailes. Basta mirar algún videoclip o algún concierto para darse cuenta de que el cantante no baila jamás en sus eventos y giras frente al público, y seguramente te preguntes por qué.
Hoy te damos la respuesta.
Aunque te pueda parecer una decisión extravagante eso de no perrear con flow ni aunque se lo pidan a gritos los fans, la aparente rigidez de cuerpo que el cantante muestra en sus conciertos obedece a una explicación razonable. Como saben los que corean su música y han seguido de cerca, su vida no ha sido nada fácil. En su pasado hay episodios conflictivos, una infancia sin lujos, e incluso se le ha llegado a relacionar tangencialmente con el narcotráfico, ya en su vida adulta.
“Fui un «chamaco» rebelde. Pero rebelde”, explicó en una entrevista para La Razón en 2017. “Le di tantos problemas a mi madre que todavía le pido perdón. […] Cuando no tienes nada y tus amigos progresan en la delincuencia, ¿qué te va a decir la sociedad? ¿Que no te conviene? Pues les mandas a la mierda, porque, ¿qué te están dando? Nada”
El motivo por el que nunca baila mientras canta es que el rey del reggaetón de Puerto Rico lleva una prótesis en la pierna que le impide mantener la movilidad habitual. Los fans no conocieron esta información hasta que el Big Boss, años atrás, confesó que recibió un disparo en la pierna cuando tenía 17 años. Se lo explicó al periódico Milenio con todo detalle. Al parecer, en una salida nocturna con su grupo de amigos de entonces, el drama se presentó a su puerta en forma de gatillo flojo. “Bajé a vacilar un rato con los muchachos y ahí sufrimos la balacera, y yo lamentablemente fui la víctima. Fue un golpe que traumatizó mi vida.”
¿El arma que casi le desgracia? Un AK 47. Para el cantante, fue uno de los momentos más duros y decisivos de toda su carrera. “Tuve que esconderme para salvarme”. Esa bala estuvo a punto de costarle la vida. Por suerte, como explica, los médicos consiguieron salvarle la pierna. Si el proyectil se hubiera desviado unos pocos centímetros, probablemente no hubiéramos perreado jamás La Gasolina. “Por bendición de Dios”, explica, “permitió que una parte de la arteria se quedara por eso es que el fluido de la sangre en esta pierna es bien difícil, pero fluye".
El balazo le dejó secuelas permanentes y esa prótesis, sobre la que el cantante no se ha explayado en demasiadas ocasiones. Sí se toma con humor el hecho de que cada visita al aeropuerto trae consigo un momento tenso, y más de una vez ha hecho sonar el arco de los metales. Para él, como explica, es un momento de lo más divertido, porque tiene que dar todo tipo de explicaciones al equipo de seguridad.