Mucho tendrían que cambiar las cosas para que las postales navideñas a las que estamos acostumbrados todos los años se repitieran. Las cenas familiares y de empresa, las fiestas o esas reuniones para brindar por cualquier excusa parece que este año sin vacuna no se podrán realizar. El coronavirus es el nuevo Grinch de la Navidad, aunque antes también hizo lo mismo con la Semana Santa.
Sin contacto y sin distancias. Así nos tiene castigados. Y, aunque nos gustaría haber llegado a este punto del año con otras noticias y hasta hemos fantaseado con lo que se podrá hacer o no en Nochevieja, lo cierto es que la pandemia sigue un ritmo imparable en Europa y que todo lo que nos llega son más cierres perimetrales y confinamientos.
Con el 80% del territorio nacional blindado con el fin de impedir los movimientos en los próximos puentes, la medida del toque de queda y la aprobación de la prórroga del estado de alarma durante seis meses, pocas esperanzas quedan para pensar que estas Navidades serán normales y que las pasaremos sin restricciones.
Resignados a que esto va a ir para largo y que tal como dicen los expertos es un tiempo de limitaciones, hay que entender que este año los cuerpos no están para muchas fiestas. Por lo pronto, para tratar de llegar a esa antigua normalidad que conocíamos, hay que seguir con la higiene exhaustiva (lavado de manos, mascarilla y distancia social) y hacerse a la idea de que las reuniones familiares serán como máximo de seis personas. Y, si además se siguen las últimas líneas trazadas hasta ahora, es casi seguro que tampoco se podrán hacer desplazamientos a otras provincias.
Las luces en la calle sí que las vamos a ver pero habrá controles seguramente para que no nos juntemos demasiado en las calles y lo mismo pasará con los típicos mercadillos navideños. ¿Sois de los que no os podéis resistir a uno para comprar un gorro molón de orejitas y otros regalitos? Pues tendréis que saber que son los ayuntamientos los que tendrán que decidir si pueden instalarse o no esos puestos o limitar sus accesos.
Ni encuentros con amigos que no vemos desde hace tiempo, ni conciertos de Navidad, menos sillas en las comidas y cenas, una cabalgata única para sus Majestades de Oriente que tendrá que verse televisada y parece que lo mismo pasará con las uvas el 31 de diciembre (resulta impensable que se concentre tanta gente en la Puerta del Sol).
Con todo aún el en aire y a la espera de ver cómo evolucionan las semanas y que desde el Gobierno y los ayuntamientos tomen decisiones, sí que se tiene una certeza y es que estas Navidades en ningún caso van a ser iguales a las otras.
Pero en cualquier caso, sigue siendo lógico que nos preocupe o que por lo menos nos preguntemos cómo pasaremos este año esas fechas especiales. Y, aunque las dudas están ahí para todos y que las cosas cambian de un día para otro y pocos planes se pueden mantener en el tiempo, se ha decidido en las redes a tirar de ironía y humor para poder vislumbrar el futuro que nos espera en las fiestas.
Y si ya el toque de queda para reducir la movilidad nocturna entre las 23.00 y las 6.00 horas nos había dado una buena prueba de humor negro y creatividad por parte de los ciudadanos con el sonido de la saga de 'La Purga' (para advertir del peligro que hay fuera) pues ahora al pensar en la Navidad se han multiplicado las bromas: