Las universidades españolas han empezado a decidir cómo acabarán este curso. El mantener sus puertas cerradas y seguir con la docencia online es lo que se contempla como más seguro para este año a falta de lo que se decida desde Sanidad. Cerca de 1.500.000 universitarios (según datos de 2019 del INE) y 122.000 docentes están dando las clases a distancia. Sin embargo, para ir adelantándose a lo que podría confirmarse en los próximos días, las comunidades autónomas ya se han reunido con el ministro de Universidades, Manuel Castells para ir dibujando el futuro de todos ellos.
La realidad que tenemos es que desde mediados de marzo los universitarios abandonaron las aulas y, a partir de ahí, ya no se tiene nada claro. ¿Reanudar las clases presenciales resultaría seguro? ¿Demasiado pronto para pensar en eso? o ¿continuar con la modalidad online para garantizar el final de este curso? Son conscientes de que el levantamiento de cuarentena será poco a poco y que se tratará de evitar en un principio grandes aglomeraciones y los campus universitarios no van a ser una excepción a la regla.
Son las universidades las que tienen que tomar esa decisión, pero parece que después de la reunión del ministro Manuel Castells con los consejeros se empieza a tener el horizonte más claro.
La Junta de Andalucía ha sido la primera en desmarcarse y confirmar que sus universidades permanecerán cerradas lo que queda de curso. Se han preparado para lo que pueda venir y lo importante ahora es desarrollar el formato online y todo tipo de mecanismos docentes para asegurar las prácticas y todo lo que sea más complicado de estudiar a distancia.
La misma respuesta se ha obtenido por parte de otras comunidades autónomas como Castilla y León, Cataluña o Madrid. Las universidades son las que tienen ahora su propio mando, pero parece que no están animadas a arriesgarse sin garantías. Prueba de ello es que ante las dudas habrá una nueva reunión el próximo 15 de abril para garantizar el cierre de curso de "manera coordinada" para los centros que todavía no se hayan posicionado, tal como han señalado fuentes del Ministerio de Universidades en las últimas horas.
Entender que este año es todo distinto ha costado un poco verlo, pero no hay duda de que todos ahora están remando en la misma dirección. Lo más importante de todo es que no se asuman más riesgos que puedan poner en peligro todo el esfuerzo sanitario y de ahí que muchos campus se estén adelantando a la decisión del cierre de sus aulas. En España hay 84 universidades, 50 de ellas públicas, que suman un total de 235 campus presenciales. Unas son las que están llevando la delantera y otras tomarán decisiones próximamente. La única comunidad autónoma que ha dado un no rotundo a que se suspendan las clases presenciales ha sido el Gobierno del País Vasco por ahora.
Las que ya han hablado y han optado por finalizar la docencia presencial son las siguientes:
Andalucía
Castilla y León
Cataluña
Madrid
Navarra
Nada hacía presagiar que la enseñanza presencial no pudiera darse con normalidad durante este curso. A marchas forzadas los profesores han tenido que adaptar planes de estudio y nuevas fórmulas para seguir avanzando con el temario desde la distancia. Un esfuerzo que nadie pasa por alto, pero que también va a exigir otros cambios a la hora de la evaluación.
El mismo ministro de Universidades ha abogado porque los centros sean "flexibles" y dejen claros los criterios que van a seguir para que los alumnos los controlen. El gran desafío es el tratar que todos los estudiantes universitarios puedan seguir con sus clases online con la mayor normalidad posible, aunque los centros sean conscientes de que no todos tienen las mismas condiciones en sus casas (algo que nos adelantó Juan Naranjo, profesor). De ahí el que no se les ponga una dificultad extra y se tenga muy presente todo el tiempo la igualdad de oportunidades.
Por su parte los alumnos están asistiendo a este nuevo escenario con mucho miedo. No solo lo sienten los que se preparan para Selectividad y no saben cómo saldrá la prueba. En general, todos sienten incertidumbre. No saben cómo acabará el final de curso, ni cómo se evaluarán sus conocimientos o si seguirá teniendo validez el criterio de permanencia en las clases. Los planes se están improvisando a la marcha y por eso el Ministerio de Universidades, junto con los consejeros de los propios centros de las Comunidades y la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) tendrán la labor coordinadora de criterios de aquí en adelante y se irán trazando en varias reuniones durante las próximas semanas.
Dotar de control y coordinación al sistema es necesario y se contempla que las prácticas presenciales que exigen algunas asignaturas puedan desplazarse al curso siguiente o a los meses de verano. Adaptarse a las circunstancias nunca había sido tan importante durante un curso y las decisiones finales se irán viendo a la marcha durante estos días.