Si a los jóvenes nos preocupan tanto los precios de los alquileres y no lo que cuesta comprarse una vivienda es porque esto último lo vemos como algo muy, pero que muy lejano. La mayoría de nosotros ni siquiera nos planteamos esa posibilidad a largo plazo. No obstante, aunque no nos queda otra que vivir de alquiler, estos precios siguen siendo inalcanzables para la mayoría de los jóvenes menores de 34 años. Los datos son muy preocupantes: solo dos de cada diez se han independizado y esto les cuesta el 60% de sus ingresos, según el último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España.
Pues bien, como era de esperar, la crisis del coronavirus no está ayudando en absoluto a que esta situación mejore para nosotros, sino todo lo contrario. Y es que si antes de la pandemia los datos de empleo y vivienda con respecto a las personas jóvenes ya eran devastadores, ahora todo se ha complicado y mucho.
Crisis tras crisis parece que a los centennials y millennials nos va a tocar todo. Vivir mejor que nuestros padres cada vez se nos está complicando un poquito más, y es que el mundo parece estar conspirando en nuestra contra.
Cuando llevas años viviendo de alquiler empiezas a preguntarte si no te habría salido más rentable invertir en una casa… Pues la respuesta es que posiblemente no. Y es que según el último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, los jóvenes españoles tendrían que cobrar el doble de lo que ganan para poder comprarse una casa.
Es decir, deberían tener un salario mensual de 2.000 euros para que la hipoteca no superase el 30% de sus ingresos y que les quedase un dinero a final de mes con el que poder vivir.
A finales de 2019 solo el 18’7% de los jóvenes españoles (de entre 16 y 29 años) vivía fuera del hogar familiar, el peor dato desde 2002. Y es que normal, ya que alquilar una casa o comprarla supone destinar a esto el 90’7% y el 60’4% de su sueldo neto, respectivamente.
La situación económica de los jóvenes, que tampoco era para tirar cohetes antes de la pandemia, ha empeorado, ya que hay muchos más que ni estudian ni trabajan desde el pasado mes de abril, cuando estábamos encerrados en pleno estado de alarma. Durante ese mes, los mal llamados 'ninis' menores de 30 años aumentaron un 20’7% con respecto al mismo periodo en 2019.
Además, la crisis del coronavirus ha golpeado mayormente a los jóvenes de entre 25 y 35 años, que empezaban a recuperarse tras la crisis de 2008 y, ahora, una vez más, ven frustrados sus sueños de crear una familia o comprarse una casa, por ejemplo.
No obstante, la situación tampoco mejora para los menores de 25, los recién graduados, que salen a un mundo laboral inhóspito y en absoluto acogedor. Y bueno, si además de la pandemia y ser joven eres una mujer… Mucho ánimo. Estas son las más afectadas, ya que por el mero hecho de ser mujeres sufren una mayor precariedad laboral.
Las cifras son espeluznantes, pero es que detrás de cada número hay una persona que como Andrea, una joven que ha querido contar a través de un hijo de Twitter la situación de desesperanza que sufre cualquier joven en paro en plena pandemia, no puede llegar a final de mes sin depender de sus padres.
Pero esta no es solo la historia de Andrea, sino la de muchos otros jóvenes que como ella intentan cada día buscar un empleo digno o deciden emprender para poder pagarse sus artículos y servicios de primera necesidad.