Tú, que lo primero que haces nada más levantarte es coger las gafas y lo último que recuerdas al día es dejarlas en la mesilla bien cerca de ti para estar más segura, te adelanto que lo vas a tener bien difícil si quieres buscar trabajo en Japón, sobre todo en algunas empresas.
No es porque estén haciendo pruebas muy difíciles o estén pidiendo tropecientos idiomas. Tampoco es porque no estés suficientemente preparada o no tengas mucha experiencia. Todo eso les da igual. No son problemas. El único impedimento real que tienes es que eres mujer y llevas gafas, ¡lo último en discriminación en un puesto de trabajo!
Y, aunque esto suene a chiste de lo escandaloso que es, resulta que es una situación que se está dando en algunas empresas del país nipón. No solo nos iban a alegrar con el calendario de la suerte. Aquí está la otra cara. Y la cosa es tan surrealista que no es que en dichos lugares vean con malos ojos (¡menudo guiño!) a las mujeres que llevan gafas. Lo suyo ya se pasa al otro extremo porque tienen como prohibición expresa que en el horario laboral aparezcan con gafas en la oficina, ¡así, como te lo cuento!
Digamos que prefieren que no veas un pimiento a que lleves este complemento estrella en la cara. Ellos, las quieren antes muertas que sencillas y que cumplan con el canon de belleza establecido, que es por supuesto, sin gafas.
Tanto es así, que no solo lo dicen abiertamente y lo prohíben, sino que ofrecen como alternativas a la norma, que las mujeres usen lentillas, si por necesidad no pueden prescindir de los anteojos. Y tienen hasta varios argumentos para sostener esta locura:
Entre las explicaciones destacan razones tan increíbles como que lo hacen por seguridad laboral o porque las gafas dan una sensación de frialdad y ponen distancias con los posibles clientes. Debe ser que eso solo afecta a las mujeres. Con los hombres no hay riesgos laborales ni frialdad con los clientes.
Y, por si no nos habíamos dado cuenta con esto del carácter sexista de la norma llegaba luego el razonamiento estético: el uso de las gafas impide que se vea el maquillaje, que por cierto, en muchas empresas en otro requisito indispensable.
Llegados a este extremo y como era de esperar en las redes se han ido produciendo reacciones en los últimos días a este discriminatorio dresscode que ha aparecido recientemente en un reportaje en ‘Nippon TV’. Tanto es así que se ha popularizado el hashtag #Glassesban para pedir que de una vez por todas se acabe con esta exigencia sexista, que resulta una norma a cumplir, aunque no está escrita en ningún lado. Una acción, que no ha pasado desapercibida para las mujeres de todo el planeta. Todas han querido posar orgullosas con sus gafas en el trabajo.
Y por si no tuviera suficiente con esa guerra a las mujeres con gafas en horario laboral también hay otras obligaciones en Japón que se tienen que cumplir en los puestos de trabajo: el uso de tacones o el maquillaje forzoso. Ambos motivos de protesta en redes en reiteradas ocasiones, que se siguen peleando. Un dresscode que atenta contra la dignidad de la mujer y que está muy presente en la cultura de estas empresas japonesas, aunque de primeras pensases que era inventado.