Conservar bien los alimentos debe considerarse un deber fundamental para evitar importante riesgos de cara a nuestra salud. Especialmente, en el caso de la carne o el pescado. Tendemos a ser muy precavidos en la conversación de estos dos alimentos, pero olvidamos que otros similares pueden suponer también un problema si no los mantenemos en buenas condiciones de refrigeración o si no prestamos atención a su fecha de caducidad.
¿Sabías que debemos estar muy vigilantes también a las conservas de pescado? El doctor especializado en enfermedades infecciosas Antonio Guerrero ha contado a través de su cuenta oficial de Twitter qué le ocurrió a dos niños por comer atún en mal estado. La madre les dio para merendar un bocadillo untado con este alimento que no estaba en buenas condiciones. Y las consecuencias para los niños fueron evidentes a las pocas horas: "Dos mellizos de 9 años y la madre, una hora antes bocadillo de atún de lata, abierta varios días antes, en nevera: exantema macular eritematoso y pruriginoso en el cuerpo, con hiperemia conjuntival bilateral", señala en su cuenta de Twitter con imágenes de ambos niños.
Los menores han sufrido escombroidosis, una intoxicación alimentaria aguda debida a la mala conservación del pescado azul (atún, caballa, bonito y otros tipos como anchoa, pez limón, pez espada, sardinas, etc.), aunque también puede darse por el mal estado de un queso suizo. Dicha intoxicación se produce porque el alimento se contamina con bacterias y no se respeta la cadena de frío.
En el caso de la madre y sus hijos, la afectación es mayoritariamente cutánea, como puede verse en las fotos facilitadas por el médico, y deben ser tratados antihistamínicos. Pero esta dolencia puede llegar a causar daños digestivos y vómitos.
La Asociación Española de Pediatría ha recogido también el caso de estos dos mellizos en su web para concienciar sobre la necesaria atención que debemos tener cuando conservamos los alimentos.
Entonces, ¿cómo conservamos una lata de atún que ya hemos abierto? El club de amigos de las conservados de pescado y marisco señalan que lo mejor es guardar el alimento en un tupper o un frasco de cristal antes de guardarlo en la nevera y, una vez dentro, evitar que su estancia no sea superior a 4 o 5 días.
Las latas que se usan para almacenar alimentos y bebidas son envases metálicos hechos, sobre todo, de aluminio y acero laminado resistente a la oxidación. Aportan una buena protección al alimento y una larga conservación, pero sólo mientras la lata permanece cerrada.
¿Y qué hacemos con el caldo? No lo tires, ya que mantiene las propiedades y el sabor del alimento.