La ilustradora Alba Cantalapiedra cuenta que ha sufrido acoso en internet: "El hombre se llegó a presentar en mi casa"
Alba Cantalapiedra sorprende a sus seguidores con el relato del acoso que ha sufrido durante los últimos meses
"Da igual el tipo de dibujos que yo haga, da igual si son de carácter erótico, yo no he hecho nada para que esto me llegue a suceder"
Las redes sociales han cambiado, en tan solo una década, la forma en la que nos relacionamos con el resto del mundo. Si cuando éramos pequeños estábamos hartos de escuchar a nuestros padres decirnos que no hablásemos nunca con desconocidos, en un mundo sobreexpuesto en el que Twitter, Instagram o TikTok ya forman parte de nuestro día a día, alejar a esos desconocidos de nuestra vida ya no es tan fácil como antes.
Sin embargo, que existan acosadores o personas que se intentan aprovechar de otras con cualquier fin no es algo nuevo. Del mismo modo que cualquiera de nosotros se ha adaptado a las posibilidades que ofrece internet, por ejemplo, para compartir fotos personales o dar a conocer tu trabajo, aquellas personas con conductas reprobables también han sabido sacar provecho de las redes sociales.
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Sobra decir, por supuesto, que hagas lo que hagas en internet, desde ilustraciones feministas a mostrar tu propio cuerpo, nadie tiene derecho a aprovecharse de ti o, mucho menos, acostarte. Así lo explica la ilustradora vallisoletana Alba Cantalapiedra, muy conocida en redes como Instagram, donde tiene casi medio millón de seguidores: "Da igual el tipo de dibujos que yo haga, da igual si son de carácter erótico, yo no he hecho nada para que esto me llegue a suceder", ha dicho.
Albaricoque ha contado en su cuenta de Instagram el acoso que ha sufrido durante los últimos meses
Hace poco, Alba Cantalapiedra, conocida en redes sociales como @albaricoque_acg, colgó un vídeo en su cuenta de Instagram que sorprendió a sus seguidores. En él ha contado el relato detallado de lo que ha vivido durante los últimos meses, cómo una conversación normal con un seguidor como otro cualquiera se transformó en una experiencia de acoso que tuvo que denunciar a la policía.
"No tengo el derecho ni la obligación de contar esto, pero sí la necesidad", comienza diciendo Alba. "El pasado 18 de octubre interpuse una denuncia por acoso. La historia comienza en el año 2017 cuando un usuario me escribe por medio de Instagram [...] y al principio simplemente se dedica a escribirme preguntas relativas a todo el contenido que yo hago en esta red social".
Según explica Alba, durante mucho tiempo la cosa se queda en eso, pero con la llegada de la pandemia la conversación cambia: "Empieza a escribirme con mensajes que empiezo a catalogar de acoso, porque yo no estoy a gusto, ni me sienta bien leer lo que él me escribe y está lejos de ser un halago [...] Hay que abrir el melón de dónde está la fina línea que se traspasa y puedes empezar a sentirte intimidada o atacada por ciertas palabras y mensajes que recibes".
Evidentemente, la línea la marcamos nosotros mismos. En el momento en el que una conversación te hace sentir mal, tienes todo el derecho a cortarla. "Yo no le había contestado hasta que un día tomé la determinación de hablarle. Me parece bastante llamativo que tenga que recalcar esto, porque muchas veces parece que en el momento en el que te llaman guapa y tú lo agradeces, luego si eso se va incrementando y acaba mal, como tú se lo has permitido, parece que le estás otorgando el poder de seguir haciéndolo y encima parece que la culpa es tuya".
Lo más interesante del mensaje de Alba, a pesar de tratarse del relato de los desafortunados acontecimientos que ha tenido que soportar durante los últimos meses, es su intención. Ese tipo de mensajes son otra muestra más de un tipo de acoso online del que mucha gente ha hablado anteriormente y al que muchas mujeres se ven expuestas por el hecho de mostrar su cara o su cuerpo en redes. Lo crucial de su relato es que hace hincapié en que la víctima nunca puede ser culpable ni mucho menos cargar con la culpa de lo que le ha pasado. Por eso, en este tipo de situaciones es necesario denunciar.
Contra el acoso, también online, denuncia
A pesar de que Alba le dijo a este usuario que no quería recibir más mensajes de él y que llegó a bloquearlo en todas sus plataformas online, el hombre no cesó en su empeño de dar con la ilustradora. Al no poder seguir hablando con ella, se puso en contacto con una tercera persona para sacarle información sobre Alba y, una tarde, llegó a presentarse en su casa con la excusa de entregar un paquete urgente.
Alba cuenta que tuvo una crisis de pánico y fue entonces cuando decidió ir a comisaría a denunciar a esta persona. "Estamos hablando de un tipo que ha recorrido 400 km en pleno estado de pandemia y se ha presentado en mi casa", cuenta la ilustradora.
Estamos hablando de un tipo que ha recorrido 400 km en pleno estado de pandemia y se ha presentado en mi casa
Sin embargo, en la comisaría no dejaron a Alba poner una denuncia contra ese individuo porque nada de lo que había hecho esa persona era ilegal. "Me sentí victimizada porque creo que me hicieron preguntas que no tenía sentido responder", explica.
Después de muchos días pasando miedo y no pudiendo estar a solas, esa persona volvió a presentarse en su casa. Volvieron a llamar a la policía, y esta vez sí que fueron los mismos miembros del cuerpo los que animaron a la joven a denunciar nuevamente. Esa denuncia sí fue admitida y tiene como fecha 18 de octubre de 2020.
Aunque sabe que ha hecho lo correcto y ahora su situación está en buenas manos, Alba no quiere dejar pasar por alto las secuelas que esta experiencia han dejado en ella: "He tenido que irme de mi casa durante una semana, soy incapaz de quedarme sola en casa por el miedo que me supone imaginar que esta persona puede volver. Es algo aterrador que te arrebaten tu intimidad".
Como explica la psicóloga Marina Pinilla, el acoso en Instagram no solo provoca severas secuelas psicológicas, sino que también es ilegal y está penado con entre 3 meses y 2 años de prisión. Por lo tanto, hay que denunciar siempre. ¿Y cómo se denuncia? Esta psicóloga recomienda hacer pantallazos de las conversaciones, autentificar las pruebas y, si necesitas ayuda psicológica, presentar un informe de tus secuelas. Si tuvieras dudas, puedes consultar a abogados especializados en delitos en internet.
Este tipo de situaciones están normalizadas en redes sociales
Alba también ha recordado que esto que ella ha vivido es algo muy común en redes sociales. El hecho de que un desconocido comience a hablarte y solo por el hecho de responderle se sienta invitado o respaldado para hacer todo tipo de comentarios desagradables es algo de lo que muchas mujeres han hablado antes que esta ilustradora. De hecho, ella reconoce que ha normalizado este tipo de comentarios, que prácticamente le llegan cada día: "Parece que no se ve, pero es algo muy común. Yo soy la primera que, en un primer momento, no le di importancia. Pero tengo que leer algún comentario de este tipo casi a diario. Es muy triste, pero lo he normalizado. [...] Parece que va con tu trabajo, y yo no tengo por qué seguir soportando esto".
¿Hasta dónde tenemos que llegar para que nos tomen en serio?, se pregunta Alba al final de su testimonio. La joven pone como ejemplo algo que todos hemos sentido alguna vez, todos nos hemos preguntado "¿cómo ha podido suceder?" cuando leemos en las noticias algún suceso de este tipo, porque el acoso solo se convierte en noticia cuando ocurre una desgracia. Detrás de algunas de esas desgracias, recuerda Alba, "había a veces denuncias que no se trataron correctamente".