C. Tangana puso todo patas arriba con el lanzamiento de su último álbum, 'El madrileño', esta primavera. El día de su salida al mercado consiguió 5 millones de reproducciones en Spotify y los 14 temas que componen el disco se colaron en el top 30 de la plataforma, un hito que solo había logrado antes Bad Bunny, que es conocido en muchos más países que Pucho, que ya está en ese camino: el de ser conocido mundialmente.
Para lograrlo, es normal que acceda a dar entrevistas, aunque no parece muy fan de ellas y es que no le va eso de hablar de su vida personal. No obstante, se ha abierto bastante en una entrevista que ha concedido a la revista Vanity Fair para protagonizar su portada del mes de agosto.
En la charla con la periodista Silvia Cruz Lapeña, rechaza dar el nombre del pueblo al que se va a desconectar con sus amigos más cercanos en vacaciones, no habla de personas en concreto de su familia y tampoco entra a valorar "cuánto hay de envidias, celos y rupturas" en el disco, pero sí que se moja sobre otras cuestiones, como su opinión sobre la lucha obrera, la política, el feminismo o el viaje vital que ha experimentado hasta la publicación de 'El madrileño', un álbum en el que quiso que Estopa participase, pero a ellos "no les cuadró la propuesta".
Ahora, Antón Álvarez Alfaro, que es su verdadero nombre, se presenta como El madrileño, pero se hizo conocido como C. Tangana y los amantes del rap le descubrieron como Crema o Pucho. Y es que a sus 31 años, el cantante ha cambiado en varias ocasiones de nombre, de estilo y hasta de estética. El artista explica a Vanity Fair que considera que esa evolución es normal: "Nadie es la misma persona con 15 años que con 30, y yo trato de que conviva el artista con quien soy para sentirme a gusto, no en un disfraz. Cuando descubro quién quiero ser, me convierto en él. Luego, llega el desencanto. Y empiezas otra vez".
Lo que parece que sí que tenía más claro desde que era muy joven es que quería ser independiente y labrarse su éxito sin ayuda, ganándoselo por sus propios méritos. Cuenta a la revista que se independizó a los 18 años y que no necesitaba ayuda de sus padres, un periodista que se dedica a la asesoría en temas de comunicación y una profesora, pues comenzó a encadenar un trabajo tras otro: en franquicias de comida rápida, call centers y en la editorial Anaya. Todo ello, mientras estudiaba Filosofía en la Complutense.
"Era una puta mierda [...] Como podía pasar con poco, creía que podía alternar el curro con la música. Pero no era Kafka y, después de una jornada frustrante, estaba amargado y la inspiración no era posible", ha comentado Tangana. También ha hablado sobre un tema que suele rondar en torno a su figura: el de la ostentación del dinero y su relación con la clase obrera. "He ido a sindicatos, pleiteado con jefes y entiendo el orgullo de pertenecer a la clase obrera, pero en lugar de pensar en cómo mejorar las condiciones de trabajo, me gusta que la gente se busque la vida de otra manera que no implique estar bajo las órdenes de siete patrones", ha dicho.
Esa reflexión ha ido acompañada de otras que tienen relación con este tema: ¿piensa que es posible estar fuera del sistema? ¿Formaría parte de un partido político? Pucho tiene las dos respuestas muy claras: jamás se metería en política y cree que es imposible salir del sistema. Reconoce que no vota por norma general y que solo va a depositar una papeleta en las urnas si tiene "miedo": "No creo en la democracia representativa y me niego a estar en ningún bando".
Por otro lado, ha reflexionado acerca del sistema y la pertenencia a él a raíz de rememorar su polémica visita al plató de 'Operación Triunfo 2018', del que salió corriendo y sin cruzar palabra con el presentador tras presentar su tema 'Un veneno'. "Intento conocer bien las reglas para poder jugar con ellas. Los outsiders no existen. El sistema es como una enfermedad incurable: no puedes cambiarla, pero puedes aprender a convivir con ella", ha comentado.
En la entrevista también ha tenido tiempo para hablar sobre feminismo y ha reconocido que se dio cuenta de la "desigualdad" entre hombres y mujeres de manera "paulatina": "Oír a mi madre y a mis tías decir que a mi abuela le habría gustado trabajar toda la vida, salir con las primeras chicas y darme cuenta de que sentíamos de manera distinta, aprender la diferencia entre la seducción y el amor...". Cita entonces a una de sus exnovias, Marta Echaves, que fue quien le dio a conocer uno de los libros más conocidos sobre feminismo en la actualidad, 'Teoría King Kong', de de Virginie Despentes: "Me insistía mucho en el que el deseo también se educa".
Tangana ejemplifica ese despertar progresivo citando la canción 'Guerrera', que sacó al mercado con Dellafuente a finales de 2017. La compuso no como "un pensamiento profundo sobre feminismo, más bien es un paso, un darse cuenta", ya que, según el cantante, el tema no es un alegato, sino un elogio hacia la fortaleza de las mujeres: "Lo que pasa es que en lugar de alabar que sea guapa, alabo su fortaleza".
La familia de Antón guarda silencio y se aleja de los focos y, aunque él también procura mantenerlos al margen, sí que se ha rodeado de algunas de sus tías, de su madre Patricia y de su hermana Ana en el videoclip de 'Ingobernable'. Sin entrar a hablar sobre ningún miembro en concreto, el cantante sí que ha dejado claro a Vanity Fair que está muy unido a ellos y que no se pierde una cena navideña (y participa en el tradicional regalo del amigo invisible) con los Alfaro, la familia de su madre, que tiene 14 hermanos. Como detalle: en la cena de 2018 recibió un regalo relacionado con 'OT', cuando acaba de protagonizar la famosa espantada.
También mantiene alejada de los focos a su novia, Rocío Aguirre, una fotógrafa chilena que formaba parte de su equipo y con la que pasó el confinamiento en México. Juntos rodaron cuatro capítulos de 'Vuelve a casa', un proyecto que compartieron en YouTube y en el que reflexionaban sobre lo que suponía vivir el estallido de una pandemia tan lejos de casa. "Luego se arrepintieron, ella volvió a sus fotos; él, a su música y a la reserva que aplica a lo relativo a sus parejas", cuenta Silvia Cruz Lapeña. Unas declaraciones que coindicen con las que dio Aguirre hace unos meses en El País. Finalmente, el cantante también ha reconocido en la entrevista de Vanity Fair que "Por amor he sufrido lo normal. ¿Que cuánto es lo normal? Se sufre en una proporción directa a la que se disfruta”.