Aunque el ayuntamiento de Jerez no ha abierto todavía una causa por acoso en el caso del apuñalamiento en un instituto de la localidad, el entorno del joven de 14 años autor de la agresión asegura que éste "llevaba mucho tiempo sufriendo bullying". Sin que sea una justificación de los hechos, la ciudadanía ha empatizado con el "terrible infierno" que el chico debía estar sufriendo para levantarse un día, coger de su casa dos cuchillos de cocina y dirigirse a su instituto con la intención de "matar", como han transmitidos los testigos.
Después de agredir a tres alumnos y dos compañeros, fue acorralado con una silla por uno de los maestros hasta que llegó la policía. Afortunadamente, las heridas que causó el joven no fuero mortales y no ha habido que lamentar muertes. El niño se encuentra ya en un centro de menores, donde esperará a ser juzgado por un delito de lesiones. Sin embargo, al conocerse que sufre TEA y que, según sus familiares, ha sido víctima de acoso escolar hasta el día anterior, todavía no está claro cuál será la imputación.
A la espera de ésta, en redes se ha creado un movimiento paralelo de otras personas que rebasaron sus propios límites por culpa del acoso escolar. Muchos de ellos, también con asperger o autismo y otros, no. Y puede que ellos no llegaran al punto crítico e irreversible de agredir a sus compañeros de instituto, pero sí recuerdan como éstos les "metían en el baño", les empapaban de agua o "les encerraban en los cubos de la basura".
"Soy autista y yo también estallaba cuando se me acababa la paciencia. Y, cuando lo hacía, mi reacción parecía desmesurada", ha sido uno de los testimonios de tantas víctimas de acoso que, tanto con este caso como con el de la chica agredida a la puerta del colegio, han recordado que los niños "también son personas".