En occidente, no somo conscientes de lo duras que son las condiciones de las cárceles de países lejanos como Tailandia. Gracias a los relatos de los presos, las redes sociales y algunas películas icónicas dentro del mundo del cine, sabemos que la precariedad, la violencia y la falta de higiene alcanzan niveles de máxima gravedad en las prisiones tailandesas. Algo que está a punto de comprobar Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, condenado a prisión provisional por el presunto asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta.

El joven chef, que llegó a Tailandia el pasado 31 de julio y estuvo, supuestamente, en compañía de su amigo Edwin, ya ha ingresado en la cárcel en la que tendrá que esperar para someterse a juicio por asesinato y descuartizamiento, si bien su familia luchará para que no sea juzgado fuera de España. Se trata de Koh Samui, un centro penitenciario al sur del país conocido por sus torturas, del que algunos tuiteros ya han empezado a aportar información: 7000 convictos hacinados en un espacio pensado para 3.500 reos, torturas y abuso de poder y una falta de higiene que pone en peligro la salud de todos los presentes.

La bloguera Mia Escobud relata bien cómo es la vida en el interior de Koh Samui: "En las celdas, no hay camas. los reclusos están limitados a 3 mantas cada uno: una para taparse, otra para dormir y otra como almohada. Para comer, te dan un arroz de aspecto asqueroso y caldo maloliente, igual que la cena; a veces puedes tener suerte y conseguir un poco de pollo pegado a los huesos", detalla, por lo que la "cena de lujo" que le han 'regalado' a Daniel Sancho las autoridades tailandesas en su último día de libertad se convertirá en un lejano y preciado recuerdo.

Cuando, después de acudir a la tradicional Full Moon Party de Tailandia, Daniel Sancho se presentó en una comisaría para denunciar la desaparición de su amigo Edwin Arrieta, la policía, que ya había encontrado restos humanos en un contenedor, le detuvo por altas sospechas. En un inicio, el hijo del actor español se declaró culpable del crimen, aunque ahora asegura que Edwin, quien le "amenazaba" de forma constante, murió por un golpe fortuito.