Martita de Graná está en uno de los mejores momentos de su carrera. Y eso se le nota, tanto por dentro como por fuera. El pasado 5 de abril se estrenó 'De Caperucita a Loba', la película en la que interpreta a la mejor amiga de la protagonista, para darle consejos sobre su desastrosa vida amorosa. Aunque, en la vida real, Marta no es "tan suave" y permisiva como este tipo de best friend, el papel de fiel compañera de piso le ha venido como anillo al dedo.
Durante la presentación del film, esta cómica influencer que se hizo famosa durante la pandemia del coronavirus, se puso sus mejores galas para posar en el photocall y atender a los medios de comunicación. Pero, parece que cuando se quita su habitual chándal y la 'coleta de fregar' con la que hace sus vídeos caseros, sus seguidores no la aceptan.
En una de sus últimas publicaciones, la granadina ha recuperado unas fotos en las que lleva un lookazo con vestido corto y botas altas, está maquillada y lleva un moño que le pareció muy favorecedor, amén de su pérdida de peso: "Tenía que subir esto porque salgo muy bonica con mi moño leroño", escribía en su muro.
Y, como siembre que se arregla, ha recibido críticas por su aspecto. "Te sienta bien el maquillaje, parece que estás buena y todo", "Estás guapa, pero has cambiado mucho y choca" o "Te estás quedando canija", son algunos de los cometarios a los que Marta ha contestado: "Yo me veo guapa". Fin.
La humorista no entiende esta falta de empatía y ya se ha quejado en varias ocasiones de lo mismo: "Cada vez que subo una foto de pibón, como Martita de Graná está todo el rato en chándal, se meten conmigo. Me dicen que no soy Martita de Graná. Y sí, soy Martita de Graná, pero estoy en un Festival de Málaga, no voy a ir en pijama. Estoy harta de esa gente, dejadme vivir".