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La transición de Lía Sánchez, la primera Fallera Mayor trans de una comisión de Valencia, foto a foto

  • Lía tiene 24 años y es la primera Fallera Mayor de la Comunitat

  • Comenzó su transición durante la pandemia del coronavirus

  • Es maquilladora, tiene un hermano mellizo y adora a su madre

No es la primera vez que Lía Sánchez Carballo hace historia. Cuando era un niño pequeño, también fue nombrado Presidente Infantil de la falla a la que pertenece junto a su hermano mellizo, cosa que no había pasado nunca dentro de una comisión. Esa falla, la de Manuel Candela-Avenida del Puerto, ha sido siempre como su segunda casa. Allí, la conocieron con su género de nacimiento y la han acompañado durante su transición con una "normalidad y comprensión" de la que ella ha presumido en todas sus entrevistas.

Su cambio le vino "de golpe". En un obligado ejercicio de introspección, se dio cuenta de su necesidad en el año 2020, durante la pandemia del coronavirus. El encierro del confinamiento complicó sus trámites, pero "no demasiado", ha dicho, con el optimismo de una persona que se encuentra totalmente "feliz con su cuerpo". Lía dejó constancia de toda su transición, haciéndose las fotos durante sus meses de hormonación que aquí mostramos y de las que se siente tan orgullosa.

Con 24 años, se ha convertido en la primera Fallera Mayor trans de Valencia y, durante un año de reinado, será la (bonita) cara vista de su querida falla. Desde que puso al día sus papeles, Lía tuvo claro que se presentaría a la candidatura para cumplir un sueño que no sólo era suyo, sino también de su abuela. Tras su nombramiento, ha prometido cumplir con su cargo "con el mayor de los respetos" y, aunque ella no haya sufrido discriminación en su entorno, es consciente de que su triunfo "abre puertas" a la comunidad trans:

"Lo más difícil fue cambiar de sexo en el DNI"

"Yo no he podido tener un entorno más favorable ni más comprensivo. Tengo una familia y una falla que me han apoyado incondicionalmente, pero sé que no todos los transexuales han tenido esa fortuna. Mi vida es sencilla, soy feliz con mi cuerpo, con mi trabajo, con mi falla... pero no todas les pasa lo mismo y no quiero que se excluya a nadie. Por eso quiero apoyar a mi colectivo haciendo ver que es posible", ha dicho, abrumada por las llamadas de la prensa.

Curiosamente, lo más difícil de su cambio de sexo no ha sido el proceso físico, sino el burocrático. Lía ha asegurado que lo que más le ha costado de todo (siendo la transición de género una fuerte transformación física y mental) ha sido ¡la actualización del DNI! Por eso, ha mostrado todo su apoyo a la nueva Ley Trans de Irene Montero, que elimina las trabas del registro civil que ella tuvo que soportar y sufrir.